Leído en El Mundo, el amigo Lagerfeld lleva gafas oscuras para ocultar que se queda literalmente hecho una marmota a las primeras de cambio. Parece ser que usa faja -eso lo usa mucha más gente de la que parece...es una teoría mía- se empolva el cabello con champú -este tiene más caspa que vergüenza eso seguro- y alguna lindeza más que les dejo que la lean en la noticia. Como es normal todo esto lo ha contado su fiel asistente personal durante nosecuantos años. Lo típico.
Esto es normal, extravagancias y ocurrencias extrañas de famosos sean del tipo que sean es de los más normal. De hecho forma parte del elenco de atracción del mundo farandulero en general. Maniáticos cantantes, actores, empresarios, famosos del corazón etc siempre los hay. Parece ser que hay una especie de progresión geométrica versada en cuanto más pasta se maneja más rara avis se vuelve el pájaro o pájara de turno. Sin ir más lejos, yo siempre que fantaseo con una de mis conversaciones coñeras favoritas, qué haré cuando me toque el euromillón con súper bote, pues está claro. Me compro un castillo en Escocia, a ser posible con un circuito privado en sus alrededores. For aparte como dice Chiquito me marcaré mis paseos por las estancias del castillo y especialmente por sus almenas en cota de malla, botas y calzoncillos. Por supuesto la espada que no falte. Por lo demás, con mi Aston DB3, mi Ferrari P330, una amplia sala del castillo dedicada a mis libros, un buen villar y mis partidos con la gente del villorrio cercano de criquet y de la liga de croquet, más que suficiente.
Lo de las excentricidades es algo histórico, nótese las manías de los emperadores romanos. El mismo Lazarillo de Tormes aspiraba a comer bien, beber mejor, un criado al lado y una barragana para cuando hubiera ganas de menesteres. Sin embargo considero que en el tema de la moda si deberíamos de marcar ciertas limitaciones. Ver a este engendro de Lagerfeld con más años que la profesión de María Martillo, enfundado en una jodida talla 34 de mujer, haciendo desfilar a esas pobres cadáveres de huesos y piel andantes por las llamadas pasarelas de moda si es un peligro. Me llama mucho la atención estos tipos como el antes citado y demás modistos o diseñadores, vendedores de humo en su gran mayoría, con esas formas andróginas, en el fondo casi diría que misóginas y que poco más que reducen a la mujer a una especie de hombre con andares de cigüeña tajada. Por desgracia con la juventud -y no tan juventud- más simple que el mecanismo de un cerrojo que anda por este mundo, en España ya es bestial el tema, se les mete en sus vacíos cerebros toda esta inmundicia visual de la belleza de la extrema delgadez. Jugar con anorexias, bulimias y demás transtornos alimenticios en gran parte provocados por estos degenerados mentales amos del estilo -supuesto estilo desde luego- del buen vestir debería de penarse como delito contra la salud pública.
Sería un auténtico gozo y apuntaría a síntoma de que verdaderamente algo está cambiando el meter en un jodido penal a este prenda de Lagerfeld -el antiabuelo por excelencia-, el niñato del David Delfín, a Galiano, Dolce@Gabanna, a Donatella Totugaduende Versace y demás capos de la extrema delgadez y el androginismo femenino.
Como gustos hay colores y desde luego no es cuestión de promocionar estar rollizo. Por nada del mundo quiero una sociedad como la estadounidense, probable culpable del ocaso del imperialismo norteamericano por exceso de colesterol y grasa en sangre. Semejante país de gordos y gordas sebosas que antoja como primera potencia mundial. Además son muy catetos vistiendo todo hay que decirlo. Aunque eso también es otra. Prescindiendo de gustos, creo que así en general hoy se viste peor. No quiero decir que se viste más hortera, no estoy hablando de una vuelta a los piratas, pitillos, superhombreras, calcetines blancos con los zapatos -joder eso por desgracia llega hasta nuestras fechas- en fin el batiburrillo de tendencias de los ochenta. Hoy no se es tan hortera, simplemente considero que se viste mucho más cutre.
Parto de la base de la grandísima cantidad de marranos y marranas -rastas todos más otros- con los que nos toca compartir acera. Estas modas de los pantalones sin pernil, con la jodida hucha del culo a la vista de todo el mundo, los pantalones haciendo de escoba limpia aceras, rotos y demás machado en la ropa y todo ello rociado o mejor dicho descrito IMPREGNADO de una pátina de mierda a conciencia. Porque se usa poco la lavadora por todos estos modernos amantes de la psicologia, el exceso de derechos, los buenos canutos y demás excesos de libertades. Pero Zanussi, Bosch, LG etc han bajado el negocio de lavadores por culpa de haber tanto guarro en este mundo. Así es un verdadero acto de regresión en nuestra civilización el que nuevamente existan los piojos en los colegios. En mis tiempos eso no ocurría, pero claro ves a los niños y adolescentes de institutos la horrorosa forma de vestir y especialmente la ausencia de una buena cultura de la limpieza y claro. Los hechos están para demostrar el desastre que nos rodea.
Como no podía ser de otra forma, esto tampoco tiene mucho remedio y el que puede aplicar no es muy del agrado de un amplio sector social. Así que nos toca aguantar más, perros, perros flautas, rastas, guarros, apóstoles de la extrema delgadez, bichos raros. Si, en la variedad está el gusto, eso es indiscutible, pero el problema radica en que solo hay variedad de mierdas por metro cuadrado de personas, mucho inútil consumiendo oxígeno y pocos sectores de población con suficientes dosis de sentido común como para que no nos preocupe hacía dónde va este mundo más allá de pagar un euro y cincuenta céntimos más IVA por mostrar nuestras opiniones en diversos programas televisivos.
En fin, menos mal que mañana nos vamos de comilona.
Buen fin de semana.
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