domingo, diciembre 18, 2011
La insólita caída del Fuerte Douaumont
Lo que a continuación referiré, parece una historia de Chuck Norris, o alguna de esas americanadas que el cine de Hollywood vende de tarde en tarde. Pero sucedió en la Primera Guerra Mundial. En lo más álgido de la guerra de trincheras, en que ganar un palmo más o menos de terreno era empresa poco menos que imposible. Una de las posiciones claves para la línea de la Triple Entente en Francia era el Fuerte Douaumont: era una posición sólida y un nido de cañones de 75 y de 155 mm, que había quedado más o menos al socaire, con una treintena o cincuentena de hombres defendiéndolo, más o menos, debido a una falla en los servicios de comunicaciones. La orden de enviar más personal que reforzara el fuerte había sido dada, en efecto, pero en alguna parte de la cadena de comunicaciones interna del ejército francés, la orden se perdió, y el fuerte quedó abandonado con la guarnición que en ese minuto tenía.
Los alemanes, por su parte, sabiendo del valor estratégico del Fuerte Douaumont, ordenaron el 25 de Febrero de 1916 al 24° Regimiento de Brandenburgo, que avanzara hacia el Fuerte. El trabajo del sargento Kunze y la patrulla de diez hombres a su cargo, era abrir paso a las tropas de avanzada, removiendo obstáculos tales como alambres de púa y similares. En estos menesteres, llegaron casi a las inmediaciones del Fuerte. Kunze ordenó entonces hacer una breve inspección del mismo. Formaron una torreta humana para treparse por la tronera de uno de los cañones, y Kunze mismo, acompañado de dos de sus hombres, se infiltró en el interior y empezaron a recorrer los pasillos. Apenas se toparon con los cuatro artilleros franceses encargados del cañón de 155 mm., los arrestaron. Cuando salieron a un patio, los prisioneros se las arreglaron para escapar, pero Kunze, en vez de dispararles, se dirigió a un barracón en donde se encontró con una veintena de oficiales franceses: sin perder la serenidad, los arrestó y trancó la puerta por afuera.
Al poco rato llegó el Lugarteniente Radtke con sus tropas. Los hombres de Kunze avisaron a Radtke de lo que estaba pasando, pero cuando éste se apersonó, ya el sargento tenía la situación resuelta. Kunze, Radtke y otros oficiales más aprovecharon entonces, luego de consolidar la ocupación, para merendarse una bien ganada cena, con las provisiones del Fuerte. En toda la jornada, no se había disparado un solo tiro, y la única baja registrada fue un soldado alemán que se hirió la rodilla por error.
Como el Fuerte Douaumont ocupaba una posición clave dentro de la región clave de Verdún, los franceses tuvieron que abocarse de inmediato a la tarea de recapturarlo, o de lo contrario probablemente los alemanes aprovecharían la cuña para quebrar la línea defensiva francesa. Desde Mayo comenzaron las operaciones para ello, con una serie de asaltos frustrados. Fue finalmente el heroísmo del Regimiento de Infantería Colonial de Marruecos el que consiguió la hazaña, el 24 de Octubre de 1916, pero a un precio exhorbitante: la friolera de 10.000 vidas perdieron las tropas francesas en revertir lo que Kunze había logrado sólo con un par de hombres y armado con un vulgar rifle.
Fuente: Siglos curiosos
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2 comentarios:
Comentario: que pesar.. de la insólita caida.
Ohhh.. era una excelente estructura...:(
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