lunes, mayo 17, 2010

Siento decirte que no queda dinero...


Vaya frasecita...¿verdad? Pues esto es lo que encontró el segundo del Tesoro inglés en su despacho en una misiva de su antecesor. La noticia completa la pueden leer en este enlace de El Mundo. No deja de ser una broma. Cierto es que una broma entrecomillada con millones de comillas, porque los habitantes de la pérfida Albión no están mucho más boyantes que nosotros. Su déficit público es primo hermano del nuestro. Por cierto que últimamente hay que ver lo que hemos aprendido de vocabulario económico. Déficit público, deuda pública....lo dicho. El saber nunca ocupa lugar aunque menester sería ser lelo y no saber el tremendo precipicio que tenemos a nuestros pies y que nos atrae de forma inexorable parece ser.



No voy a marcarme ninguna parrafada negativa. La culpa no es única y exclusivamente del gobierno socialista. Todos, nos meteremos todos, hemos estado unos años gastando por encima de nuestras posibilidades. Vale esto está muy visto y se ha repetido hasta la saciedad. Pero es así y lo cierto es que gastar todos disfrutamos gastando pero apretarse el cinturón no gusta. Peor es que te lo aprieten, desde luego aún es mucho peor que te lo aprieten pero en el cuello...y así en esa tesitura igual terminamos.

Como mal de muchos consuelo de tontos; refrán de los grandes, parece ser que esto ha pasado al menos en Europa en nuestra querida y amada unión europea. Unión que a fe mía no es más que un matrimonio de pactado. Una pareja que se une por aquello de quedar bien, del qué dirán y de farolear...pero que cuando las circunstancias dejan de ser las deseadas parece ser que hace aguas por doquier. Nunca he sido muy europeísta O al menos no de la Europa que nos quería vender tanto políticos como medios de comunicación. Siempre he sido partidario de seguir llamando a la unión europea con su denominación anterior; comunidad económica europea es más acorde con su esencia. Esto es la Europa de los mercaderes, nos unimos entre países por cuestiones económicas fundamentalmente. Ni social ni históricamente ha existido el menor atisbo de unión total y funcional de estos países. Reticencias varias y en cantidad como para hacer un objeto visto desde el espacio...hay por todos para evitar e impedir la fusión de todos los estados en uno solo.



Existen demasiadas diferencias, culturales, económicas, religiosas...No, incluso utilizando de ejemplo a los Estados Unidos, entre los mismos estados hay muchas rivalidades, piques, desdenes y demás ponzoñas solo salvadas por el envidiable sentido nacional que poseen todos los estadounidenses.

"For aparte" -chiquito dixit- aquí no podemos ni pretender llegar a esas cuotas de unión. Pero bueno, mientras nos vaya bien, mientras más o menos cuidemos y nos tutelemos entre unos y otros estados europeos...podremos ir marchando aceptablemente bien. Esto si es verdad que ya lo he repetido muchas veces. Sin bien hay que partir del concepto de crisis profunda crisis económica mundial. Creo que nos va aún más de culo debido a nuestra conjugación de crisis económica con crisis de valores y principios. Quizás el principio fundamental que habíamos perdido, no solo a nivel nacional que está fuera de toda duda sino incluso esta carencia ha traspasado fronteras, es el trabajo, la persistencia y el esfuerzo como pilares fundamentales para mejorar tanto a nivel personal como un colectivo...o un país o sociedad.



Ganar mucho, pronto, fácil aún más rápido. Constancia, perseverancia, sacrificio etc...son conceptos que, en mi opinión, han sido desterrados del credo del trabajo, de la superación y como metal de la conquista del beneficio económico. Para qué seguir con los viejos métodos de obtención de riqueza si con el cada vez más galopante ingenio de la especulación los resultados son espectacularmente rentables con un mínimo esfuerzo, tiempo y sacrificio.



Esto unido a que la sociedad había olvidado el concepto de "las cosas pueden ir mal"...pues parecía que estaríamos en un continuo proceso de expansión económica donde todos podríamos ser felices propietarios de varias casas/pisos, donde hasta los parados veraneaban, la tarjeta de crédito no tenía más límite que el gastarse la banda magnética por exceso de uso...Pues no, nos hemos quedado a dos velas...por el inconveniente que de esas dos velas, ninguna es nuestra, son del banco. El banco en realidad para qué coño quiere esas dos velas. Tampoco hay nadie que quiera comprar esas dos velas que vendemos y el tiempo pasa, las velas se consumen y el estado -la fábrica de velas- ahora dice....que las siguientes velas serán pocas, de adorno para no consumirlas y ojo...que igual nos pasamos a los candiles.

Qué tiempos aquellos que hasta regalaban bombillas de bajo consumo.

Buena semana.



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