Nada que ver los dos sustantivos del título. Pero junto en un solo post mi intención de escribir dos. No digo más sobre el tema.
Tomo el camino de las megaconstrucciones. Como que rumio esta parte del post desde hace casi tres semanas. Mi mente lo concibe desde el momento de quedar atrapado con mi auto en un atasco provocado por las obras del tranvía -mal llamado metro- de mi querida Granada. Y quedé atrapado en un atasco de tres cuartos de hora para recorrer menos de doscientos metros. Todos hemos sufrido atascos en nuestra vida así es que no voy a describir la sensación de impotencia y cabreo que supone experimentar un atasco.
Quizás lo único positivo que tiene un atasco, siempre y cuando el cabreo nos deje una mínima capacidad de raciocinio....es el tiempo que tenemos para pensar. Como digo mis pensamientos volaron a la palabra megaconstrucciones y más concretamente a esos documentales que la Sexta emite los sábados y domingos por la mañana. Yo disfruto mucho los domingos -cuando la noche no ha sido muy larga- viendo estos documentales y leyendo el periódico tranquilamente en casa. Lo dicho, recuerdo como uno de ellos versaba sobre las obras realizadas en una ciudad americana, no recuerdo bien, creo que Chicago, cuando parte de las obras del soterramiento de una autopista antes elevada chocaban con la complicación de continuar con la circulación en una tramo con denso tráfico en la ciudad, una estación de autobuses subterránea, una vía de ferrocarril subterráneo, dos túneles de metro y algo más que no recuerdo....y todo continuó con su funcionamiento.
Joder y aquí somos incapaces de hacer un metro sin joder la circulación, no digo ya de automóviles sino hasta de transeuntes puesto que es rematadamente complicado circular como peatón por partes de la ciudad donde se están acometiendo estas obras de construcción del tranvía. No somos los EE.UU, y ojo que esto no significa que seamos un país de pardillos pues si somos un gran país con grandes obras civiles realizadas -aunque eso si, somos un país donde no cabe un gilipollas más...rebosamos de ellos- pero bien, eso es otra historia. Lo verdaderamente jodido es la tremenda desorganización entre ente público que construye -Metropolitano de Granada-, ayuntamiento, junta de andalucia y Estado Español -de este cada vez queda menos- para intentar sincronizar esfuerzos en pro de no joder al personal de turno empadronado en la ciudad. Porque si, esto no le va a gustar a más de uno y de cien...pero a ver para qué coño queremos en Granada un metro sino para acercar el cinturón de la ciudad y poco más. A los capitalinos nos trae bastante al pairo el tema del tranvía-metro granadino. Primero porque esta es una ciudad tópica de provincias con un tamaño pequeño para ir casi que a cualquier parte caminando y segundo porque en el supuesto de presentarse el caso de necesitar transporte público para desplazarse...cogemos el autobús que tardará menos en el mismo desplazamiento y desde ahora digo que nos costará más barato.
No es un metro porque en su mayor parte va en superficie, de modo que sería más apropiado denominarlo tranvía subterráneo...y además va a ir muy lento y con muchas paradas...como siempre más lento que el sevillano o el malagueño -nuestras eternas comparaciones territoriales cercanas- como siempre...el culo para los granadinos.
Bien, segunda parte del post; las gafas -joder tengo hambre y sueño- no mucho que decir. Solo reseñar noticia vista en el telediario con la moda de llevar gafas aunque no sean necesarias. Me remito dos o tres párrafos anteriores donde ya les comentaba la cantidad tan abrumadora de gilipollas que conviven con nosotros en este país y que ya colapsan la cantidad admitida como máxima para un correcto desarrollo del común vivir de los paisanos españoles.
Ponerse gafas porque está de moda sin necesitarlas solo puede salir de la mente simple e inútil de un petardo o petarda...o varios que nunca han llevado gafas y desconocen lo latazo que es tenerlas.
Que problema...qué hacer con tanto imbécil patrio.
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