No soy muy dado en el blog a plasmar una de mis pasiones sino la mayor; los automóviles. De vez en cuando me salto esta norma no impuesto por causas como la de hoy. Resulta una verdadera lástima el ocaso de carroceros independientes como Bertone. Aunque al final del proceso de quiebra Fiat se quedó con las cadenas de producción del carrocero para fabricar allí modelos Maserati, olvidamos el verdadero propósito de estos carroceros tipo Bertone, Giguiaro, Pininfarina, Zagato, Ghía -si, los apellidos de los Ford más equipados- realizadores de auténticas maravillas, verdaderas obras de arte. Creadores de estilos, normas y épocas en el mundo del automóvil.
Desgraciadamente ahora estamos muy preocupados con este engaño permanente de los consumos mínimos e imposibles, centenares de dispositivos de seguridad y ayuda a la conducción -la mayoría debatibles cuando menos- y demás gadges que solo propician el envejecimiento prematuro del coche. Bajo el prisma de la aerodinámica y la protección contra impactos a los transeúntes se enmascara el concepto de línea de diseño global que reduce los costes puesto que un mismo auto se puede de esa forma vender en todo el mundo aún cuando los gustos estéticos no son iguales.
Pero bien, no voy a marcarme más parrafada. Lancia Stratos Zero, este fue el prototipo -ahora llamados concept car- sobre el que se construyó el diseño del futuro mítico Lancia Stratos. Junto con más prototipos propiedad de la sociedad Bertone se ponen a la venta por aquello de saldar deudas de esta sociedad.
Valorado en unos dos millones de euros...se aceptan donativos para poder adquirir esta joya. Hay quien el automóvil lo considera poco más que un electrodoméstico...poco se puede esperar de quién piense de tal forma.
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