viernes, enero 23, 2009
Un moco...
¡¡Paaapiii!!!¡¡Teeengooo mocoossss!! Pues nada nene sal a las escaleras y los escupes.
Así es, tal y como se lo estoy contando. Yo no estaba presente pero así ocurrió. No piensen que es algún tipo de hipérbole...que no, la señorita que ha vivido esta situación no ha exagerado en absoluto al contarlo, entre otras cosas porque no podía hablarme alzando la voz...porque me lo ha transmitido vía sms.
Y es lo que vivimos, día a día, alrededor nuestro. ¿No hubiera sido más sencillo coger un clinex, un pañuelo de tela de toda la vida, un trozo de papel higiénico, aunque sea un trozo de periódico -ya leído por supuesto- antes que mandar al nene a que escupa los mocos en la puerta del comercio? Claro, claro...que disparate al pensar eso. Igual al forzarlo a que se suene los mocos -a ser posible haciendo el mínimo de ruido posible- lo estamos forzando y causando un posible trauma infantil por exceso de autoridad y dejemos marcado al mocosete para toda la vida. Estoy completamente seguro que más de un psicólogo de los cojones piensa así. Por no hablar de la legión de adoradores de las "políticas sociales" sin saber a qué coño se refieren cuando citan esa expresión pero que queda tan cojonuda como talante. Nada nada, por nosotros ningún problema, seguiremos aguantando estos cada vez más comunes episodios de nueva cultura...cultura del mestizaje entre gilipollas, marranos, sucios, degenerados, libertarios y demás panoplia de invertebrados mentales que nos asedian desde la cultura de la calle, los putos grafitis y todo bien regado por suculentas subvenciones autonómicas, locales, estatales para tener contentos a esta piara de votantes lerdos encallados de por vida en algún tipo de subsidio social para poder sobrevivir mientras fomentan la economía sumergida bajo el paraguas de la permanente queja por la falta de oportunidades para ellos.
Poco remedio hay, demasiadas generaciones están emponzoñadas con este cáncer de excesos de derechos y ausencia de deberes. Se ha estandarizado a tal extremo la cutretización de la sociedad que lo normal es una Jeniffer con la falta a la altura del clítoris, la camiseta a la altura de los agujeros del piercing de la nariz, acompañada por su choni...su Jonathan con los putos pantalones a la altura del tobillo, un par de tonos de pelo en un peinado indescriptible, anillos para poder montar una ferretería de mercadillo y ambos impregnados en el ocre olor de la ausencia de limpieza diaria. Eso si, garantizo que son capaces de hilar frases y más frases rapeando hip-hop durante horas, y es aún más cierto que yo mismo quedaría perplejo ante el tamaño vocabulario empleado de no más de 25 palabras y...eso si, es la nueva cultura de la calle. Venga, cojones...apuntemonos todos a un taller subvencionado por la Junta sobre arte callejero y aprendamos a hacer grafitis para hacer uno del tamaño de la estulticia que nos rodea en el palacio de San Telmo, en Moncloa, en la Zarzuela, en Génova también, por supuesto y sobretodo en todas las facultades de psicología.
Ummmm, mucho mejor, si señor...me he quedado bastante bien. Pues nada, disfruten del fin de semana en la mejor compañía posible y nada, esto tiene poco remedio, alguno habrá, pero ya lo pensaremos a partir del lunes.
Buen fin de semana
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1 comentario:
Me encantaría poder comentar tu post en vivo y en directo, un jueves cualquiera, porque me gustaría decirte un par de cosillas con las que no estoy nada de acuerdo y otras pocas con las que sí. Pero me imagino que tú ya las sabes. Me gusta como escribes. También lo sabes.
Un beso desde la lejanía.
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