El paso de los años es una inevitabilidad manifiesta. Dicho de otro modo, me estoy haciendo viejo. Quizás este pensamiento -que barbaridad la granizada que nos está echando el cielo en Granada- viene a la razón de estar asquerosamente próxima la fecha de mis días. Un día después del abominable día 14 aparecí por este mundo. Un mundo -y ahora me refiero a mis proximidades, nada de grandes cuestiones- del que en un alto porcentaje de tiempo estoy hasta los santísimos cojones.
Pero no, hoy no voy en plan negativismo, todo lo contrario. Hay veces -desgraciamente muy pocas- en que surgen momentos, situaciones y lugares muy agradables. En más de una ocasión y en más de un post he comentado mi aversión a la bazófica música que pinchan o suena en la gran mayoría de pubs. Especialmente en los de mayor ocupación. También varias veces he orientado mis alabanzas hacia el Hanningans de la calle Santiago, concretamente de la plaza Fortuny. No voy a repetir la calidad de las copas, hoy me voy a centrar en la música. Y no en la que "pinchan" sino en las actuaciones. Porque desde hace unas semanas hemos tenido la grandísima suerte de disfrutar los sábados con actuaciones en directo. Duos o cantantes solitarios haciendo versiones de grandes canciones. Desde Oasis, Radio Head pasando por música popular irlandesa. Una auténtica maravilla.
Además me sirve para confirmar una de mis teorías. Esta consiste en la afirmación que un guiri -por cual entiendo aquel extranjero que habla inglés correctamente y aún lo pronuncia con un tono y acento adecuado- a poco que tenga un mínimo sentido del cante y nociones de tocar la guitarra está claro que triunfa cantando. Por triunfo aplico este sentido a que es capaz de cantar ante un cierto auditorio y salir bien parado y hasta aplaudido. Uno de mis grandes fracasos por cierto, con lo que me gusta a mi cantar y ¡que lastima! si ya canto mal en castellano mejor ni hablar de hacerlo en el idioma de la peŕfida Albión.
Lo que se disfruta de una buena cerveza escuchando música en directo. Si, digo bien cerveza, porque últimamente se ha producido un cierto abandono del mundo del catacroquer en favor del prodigioso líquido cervecero. Heineken a ser posible, más que nada porque mi amada Alhambra tipo 1925 solo es posible tomarla en dos dosis...más si se traspasa esa medida se juega con la posibilidad acercarse excesivamente a la oscura resaca. Lo dicho pues, que bien suena la música en directo en un pub. Recuerdo que también el cantante del sábado se marcó una coplilla irlandesa muy conocida sobre el whisky, la cerveza y no sé qué más que poco me falto para ponerme a bailar. Es curioso -esto por cierto lo comenté con el Maestro- como se siente uno más cercano a este tipo de folklore que con el machacante flamenqueo intravenoso que nos bombardean contínuamente -por lo menos aquí en el sur-.
Para terminar mi post filósofo-positivo. Que mejor demostración de calidad que tener leche Puleva. Por lo menos aquí en Granada. Ese es uno de los grandes males endémicos de muchos bares, la pésima calidad de la leche que emplean para los cafelazos. Admito Pascual, Central lechera asturiana y La lechera...poco más, pero eso si, ninguna como Puleva. Digo esto porque si un bar, o pub o cualquier negocio hostelero que se precie, tiene leche -marca la pava la que nunca se acaba- mal vamos, algo falla. Mal síntoma es el recortar la calidad y el sabor de algo tan importante como un buen café con leche. Sin embargo el empleo de ingredientes de buena calidad, certifica y atesora la validez del buen hacer hostelero.
Buen lunes.
*la foto es de uno de los frigoríficos del Hanningans...por cierto que este tema de hacer fotos a cosas así como un frigorífico de un pub a eso de las dos de la mañana trae como consecuencia que la gente que está al lado tuyo te mire como un bicho raro...claro, luego no hay señorita que se acerque...que poco reconocimiento tiene este trabajo.
1 comentario:
ke son los katakrokers? santino
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