Consideraciones diversas primaverales.
Después de unos días sin escribir nada, no siempre tiene uno el momento adecuado para escribir, e incluso hay veces, que aún cuando apetezca escribir, simplemente no hay temática que plasmar en el blog. Esto es...juntar el hambre con las ganas de comer. Pero bueno, ahora si hay unas cuantas apreciaciones que voy a dejar aclaradas en el post de hoy.
Estamos en primavera, esto es un hecho consumado. Nada de apreciaciones. Se puede comprobar este cambio de estación al ver como mejora el tiempo, como salen las flores, la naturaleza despierta y las señoritas aún están de mejor buen ver que del ya natural de por si buen ver en el que permanentemente están a nuestra vista. Un lujazo para vista. Si a esos unimos que todavía Lorenzo no ha oscurecido la piel con sus rayos resulta que tenemos a todas las bellas señoritas con una piel blanquísima a gusto de este su humilde servidor....jejeje. A ver qué pasa!! Cada uno tiene sus manías y a mi una piel blanca...jejejej. Un momento que estoy babeando.
En fin, sigo con la primavera...aquí en nuestra prodigiosa Granada hay un momento que siempre marca la entrada de la estación de los amores, este momento no es otro que la consiguiente fiesta para celebrar la entrada de tan ansiada estación. Es tradición entre la juventud cogerse una tajada sublime por estas fechas, una borrachera mata neuronas de abismal calibre. Como ahora somos muy modernos, muy políticamente correctos y muy de lo más muy...pues aquí el ayuntamiento hizo hace poco tiempo, unos dos o tres años un botellodromo. Si, un botellodromo, igual que en Rio tienen el sambódromo aquí que somos muy quijotescos tenemos un botellodromo. El lugar en cuestión está a espaldas del Hipercor -una de las piedras angulares de mi vida- y no es más que la plaza -pedazo de plaza- de un parkin subterráneo. Todo muy social, con pistas dibujadas para hacer deporte, rampa para los nenes estos de los patines, muros para los putos y jodidos grafitis y mucho, pero que mucho espacio para beber. Beber al por mayor. A ver, esta fiesta siempre ha existido, recordando años mozos alguna vez he subido yo al campo del principe y al paseo de los tristes a echar allí unos litros. Pero claro eran los tiempos en que la juerga era cosa de edad universitaria, los botellones era algo de ámbito reducido, casi diría yo que "de contrabando" pues no estaba aceptado como ahora, y además lo practicábamos "un puñao" de gente solamente. En el ideal pueden leer las noticias para comprobar los más de 20.000 humanos trasegadores de alcohol que se juntaron en el recinto alcohólico. Recinto que está situado donde se comenzaron a practicar los botellones, allá por el año 94 o 95 -sí, del siglo pasado, qué coño pasa!!- y con no más de treinta a cincuenta personas...en un espacio donde ahora y encima acondicionado para el evento entran más de 20.000 beodos y beodas claro está.
Desde luego esto está mejor que tener desparramado por tres cuartas partes de la capital a todo este niñería trasegando garrafón. Si, digo bien niñerío porque como ya he mencionado antes, desde luego y además de la infinita diferencia de personal al servicio del cubalitro y la litrona, lo especialmente negativo es que estén los nenes y las nenas quinceañeros, doceañeras e igual hasta aún menores, echándose al coleto litros de alcohol -como decía la canción-. Claro que tampoco hay que extrañarse porque joder, si a estas tiernas edades han echado más polvos que Penelélope Cruz para hacerse actriz, normal es que traseguen copas al mismo ritmo al que corren sus vidas.
No voy a pretender, no soy ningún utópico, que todos estos "artistas de la bebida" recojan los embases vacíos una vez acabado el ágape líquido, esas gilipolleces solo las piensan los psicólogos y algún delegado de juventud de comunidad autónoma...aunque no sé, al menos esto genera trabajo, los basureros trabajan más, se inyectan más B12 en urgencias, las tiendas de "alimentación" venden bebidas como churros, la policia cobra horas extras, se colapsa la ciudad, por tanto para un trayecto de tres kilómetros echar hora y media con el consiguiente gasto en gasoil y como tal aumento de los repostajes en las gasolineras. Así que bien, esto del macrobotellón es una máquina de hacer dinero. Joder igual para activar la economía hará falta que nos cojamos todos un talegazo de borrachera de tal magnitud que el consumo interno de los españoles vuelva a épocas no tan lejanas en el tiempo como si en el bolsillo.
De todas formas todo esto son memeces porque año tras año la cosa se repite, ya mismo se comenzará a hacer el botellón con menos de dos quinquenios de años, igual la introducen como una evaluación de educación para la ciudadanía y además, pues se matan las penas en general. Por cierto que no sé si estos jovenzuelos bebetodo seguirán consumiendo garrafas de quita-penas. Ese vinillo dulce en garrafa de cinco litros que entraba como el agua y te estallaba en la cabeza como la goma dos...pocos minutos despúes de trasegarlo por el coleto. Lo dudo, estos son más de beber pollínganas con Redbull y cosas raras de esas que van el lata hortera a juego con los putos pantalones con el culo por el suelo, perfectos por otra parte para darle brillo a los tuneados y horrorosos capós de la macarrería de autos u scouter-motillo que poseen.
Yo por lo demás ahora pienso que como sábado que toca y manda el señor, las costumbres no hay que perderlas, así que como creo que el Maestro de las Buenas Maneras y el sr Giuseppe estén más que conformes, nos marcaremos una ronda de birras y catacroquer -sin ir al Sevilla, allí no vamos más- para cumplimentar este sábado de buen día que hace. Incluso estoy por hacerles el comentario de adelantar la hora de las birras y aprovechar para disfrutar a la luz de la tarde de la belleza de señoritas paseando por las calles de mi Granada y de esta forma alegrarme al menos la vista.
Un último comentario, obligado por el Maestro de las Buenas Maneras, que por cierto el jueves de birras pasado se dejó parte de la cabeza en la persiana a medio cerrar de las bodegas 3M. Pero vamos, tranquilidad la puerta sigue intacta y la cabeza del Maestro sigue albergando su cerebro, pues eso que me obliga a contar lo sucedido hace unos tres jueves de birras en el pub Stribo. Y es que estamos consumiendo el primer catacroquer del jueves post birras, en el establecimiento citado haciendo comentario de lo bien dotada de culete que está la señorita situada tras la barra. Vamos que la nena medio hippie con rastillas que sirve las copas está de muy buen ver. En esto que entre esa conversación, algún sorbo de catacroquer, un cigarro que tenía yo encendido y disfrutándolo y alguna que otra conversación más, no sé...coño porque no sé como "pollas" estuve yo para eso, tras la barra y nuevamente tras uno de los pilares del local vi un culo, dentro de un vaquero...y le comenté al Maestro -mira que buen culo- pensando que era el de la nena sirve copas en cuestión...pero cuál fue mi sorpresa que al moverse el culo dejó ver tras el pilar en cuestión que el resto del cuerpo pertenecía al gordo y calvo camarero compañero de la nena buenorra...AAAhhhh!!!! Pero cómo coño he visto yo eso....joder que pifia!!! Ese no era el culo que yo estaba viendo. Casi, qué digo casi...me sentó hasta mal la copa. Que mal rato y encima el Maestro de las Buenas Maneras dice que tengo que hacerlo público, que ya está bien de contar las pifias de los demás. Eso para que digan luego todas sin excepción que el más apañado y buena gente de todos es el maestro...y a mi que me den. Cierto que uno comete sus pifias, sus grandes pifias...pero como dijo Bilbo Bolsón, no es oro todo lo que reluce ni toda la gente errante anda perdida.
Queda muy bien la frase, no viene totalmente a cuento pero queda bien. Y poco más, voy a picar algo a la cocina que tengo hambre y ya mañana, Dios mediante, les cuento la crónica nocturna.
Buen fin de semana.
* las fotos son del botellón primaveral de ayer.
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