domingo, noviembre 27, 2011

Tapas granadinas...crónica de una investigación.

Aunque la congestión impide a mi neurona trabajar de una forma adecuada no debo dejar pasar más tiempo sin contar la curiosa experiencia vivida ayer.

Granada es una de las ciudades de la tapa, de la birra con tapa gratis. Esto no es tierra de pinchos como en el lejano, frío y caro Norte ni tampoco lugar donde te sablean de un mandoble unos cuantos euros por una tapa averiada estilo sevillano. Aquí la tapa, con más o menos calidad va incluida en el precio de la birra. Uno cincuenta, uno ochenta, dos veinte, precios sobre los que órbita en Granada el servicio de una caña con tapa en la barra.

Por aquello que ya nos habían llovido tres goles, teniendo en cuenta que el Maestro de las Buenas Maneras y un servidor regresábamos del pueblo donde tiene sus tierras el sr. Jiménez después de hacer unos pertinentes arreglos informáticos en los equipos de éste e introducirlo en la secta de la manzana del tío Jobs...Eran una horas muy proclives a continuar con la ingesta de birras con tapas que ya habíamos compartido con el sr. Jiménez en el pueblo que suena a heavy....Bracana.

Un primer intento en las Bodegas Espadafor nos llevó a la conclusión que costaría trabajo encontrar un buen bar-taberna donde trasegar birra y degustar tapas de forma cómoda. Una segunda idea llevó nuestros pasos a las Bodegas La Mancha y sustituir la tapa por un bocata, pero tampoco los dioses permitieron nuestra entrada porque el aforo estaba completamente repleto de consumidores de los mejores bocatas granadinos.

Hasta ayer y digo bien hasta ayer, teníamos al mesón andaluz como un buen lugar para tapear. Muy frecuentado por guiris, situado en el centro tapeador de la zona de calle Elvira, siempre me ha parecido sino un local de referencia en cuanto a la calidad de las tapas, desde luego si es cierto que siempre he salido satisfecho de consumir unas birras en el lugar. Tres cuartos de aforo ocupado, la barra casi a tope pero un pequeño lugar donde estacionarnos y una banqueta donde colocar los chaquetones. Porque esta pasada noche en Granada hacía frío. El frío desde luego que debemos pasar a estas alturas del año pero que no por esperado deja de ser molesto. Supongo que mi peculiar característica de ser un animal de sangre fría haga que no tolere bien los inviernos y el frío desde luego no sea tan apreciado por mi como el calor.

Dos cervezas cuando usted pueda. El "cuando usted pueda" es una fórmula implícita de no cabrear al camarero y conseguir antes la birra deseada. Una especie de mensaje subliminal que normalmente surte el efecto deseado. Pues dos birras y de primera tapa unos choricillos-longanizas muy bien hechos. Mientras la conversación con el Maestro versaba sobre la reunión de la ejecutiva del PSOE, consumimos la primera birra y la segunda...No sé de qué forma el Maestro reparó en que el grupito del final de la barra, a nuestra izquierda no habían consumido su tapa de choricillos-longaniza bien cocinada. Mira estos que listos que se han dejado la tapa con lo buena que está. De modo que mi atención pasó a estar dirigida a ver como el camarero retiraba el plato con la tapa sobrante y observé como en su ruta con el plato en la mano se paraba junto a la pequeña cocina que tenían a unos dos metros de mi. Este mesón tiene otra cocina, la verdadera y grande donde se preparan los menús y demás vituallas requeridas por los clientes, quedando la otra pequeña cocina, no son más que dos fogones donde calentar y tener siempre a buena temperatura las primeras variedades de tapas a servir.

Si, el camarero lo he dejado junto a esa pequeña cocina...u hornillo y allí sigue, solo que mi buen empleado hostelero no está quieto...se dedica a quitar las rebanadas de pan sobrante del plato y con pasmosa tranquilidad acerca una de las sartenes al plato y vierte el contenido de este dentro de la sartén nuevamente.

Joder...este tío ha vuelto a echar para servir una tapa que ya ha sido servida. Esto se lo hago saber al Maestro el cual me cuestiona si estoy seguro del hecho en si. Y desde luego no es que esté seguro es más...ahora mismo estoy viendo como coge otro nuevo plato y vuelve a verter en el los chorizos-longanizas bien cocinados, bien paseados y bien toqueteados para servirlos de tapa a otros clientes. Porque la casualidad me ha dado por observar que en los pequeños fogones solo había dos sartenes. Una vacía donde ha vuelto a reciclar la tapa de marras...y la otra que poco antes la había llenado con más longanizas precocinadas - o ya cocinadas- procedentes de un taper que había sacado del frigorífico horizontal que hay bajo los pequeños fogones para calentarlas y servirlas como primera tapa.

Que esto pase sabemos que por desgracia es normal. Ojos que no ven corazón que no siente y cuando esto lo ejecutan tras los muros de la cocina donde los ojos de los clientes no tienen acceso, pues así será. Claro que hacerlo de esa forma no lo veo bien. Desde luego habrá quien piense igual la tapa no la habían tocado los primeros clientes -contando que fueran los primeros visto el tema- pero no. Por mi dilatada experiencia en la mundología de los bares, al menos cara a la galería algunos y por principios la mayoría, lo no consumido se tira a la basura. Estuve tentado de dar un toque de atención al camarero, pero el Maestro me señaló la posibilidad de escribir un post sobre el tema.

Tengo la costumbre o manía de estar pendiente de todo lo que pasa a mi alrededor además de la conversación que lleve entre manos y por ello reparé en este asunto. Desde luego no sé si alguien más se dio cuenta. Si está claro que había dos camareros más, compañeros del sujeto recuperador de tapas de segunda mano, y estoy seguro que esto no lo hace este de motu propio -por cierto el sujeto en cuestión es inmigrante- de forma que esto intuyo que puede ser política de empresa. Tampoco lo doy por cierto. Desde luego difícil es que vuelva por aquel local para comprobarlo.


Claro que la Dios es grande como dicen los árabes y nos premió con la consumición de tres magníficas tapas en la Taberna cervecería asador Casa Castañeda sita en placeta Sillería. Magnífico lugar, bien atendido, limpio, la cocina está a la vista y la calidad de las tapas sobresaliente. No todo es malo y en calidad hostelera me atrevería a decir que hay mucho más bueno que malo, al menos en la ciudad de Granada. Por cierto no hablen mucho de este lugar que luego siempre está lleno...y cuesta trabajo coger barra y estar cómodo.

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