Bueno el artículo del Catalejo sobre "Qué hacemos con la SGAE". No voy a pegarme parrafada larga porque aunque han bajado las temperaturas se ve que con estos calores y a estas horas granadinas mi neurona no está para desarrollar mucho y eso que ha sido un lunes muy aceptable. Pero bien, algo diré.
Pasando de puntillas en el tema del pirateo...del cual solo diré que en parte siempre considero que una bajada en los precios haría descender el consumo de pirateo en general. Bien es cierto que siempre los disco han costado caros, los libros otro tanto y un largo etc. Es verdad y recuerdo mis primeros tiempos de comprar vinilos, hace ya más de veinte años que los precios de los discos estaban entre las mil y las dos mil y muchas pesetas. Si hacemos la pertinente transacción para pasar a euros a nuestras queridas y antiguas pesetas pues si, los discos continúan valiendo lo mismo. Solo que hace veinte años dos mil pesetas era un pastón. De acuerdo que con este argumento triunfa la razón para quien considere que el precio de discos etc es el justo. Pues no...y demuestro por qué.
Hace esos años existía un auténtico monopolio en cuanto a los formatos musicales...y en su momento otro tanto con los años dorados del vídeo. La música solo podía escucharse en vinilo, los casetes eran un auténtico trasto en cuanto a calidad, las grabaciones caseras distaban mucho de acercarse, poder compararse con el original -aunque en nuestros oídos sonaran perfectas- e incluso el salto del vinilo a CD no consiguió cambiar nada puesto que la ganancia en calidad fue superior. Pero claro, los medios de grabación estaban limitados a los profesionales. ¿Que ocurrió? Algo tan sencillo como el acercamiento al consumo masivo de los dispositivos particulares de grabación en calidad. Las primeras tostadoras de cd eran auténticos tesoros, no solo porque en un primer momento eran caras sino que te facilitaban la posibilidad de crear discos a tu gusto. Creo que todos los que en su momento comenzamos a grabar cd en el ordenador lo primero que hicimos fue discos propios de "todo éxitos" con nuestra discografía y alguna ajena que nos cedieran temporalmente para hacer sonar de forma continua en nuestro discman música de nuestro gusto y con calidad.
Hoy en día creo que los consumidores principales de música, siempre la juventud, no digiere discos enteros de un cantante...-o si y estoy equivocado- pero además tenemos múltiples vías de acceso a contenidos, siendo la principal la red, Internet. De modo que el formato físico de la obra artística ya no es tan necesario, especialmente cuando hablamos de música o cine, industria audiovisual en suma. Sin embargo tanto artistas como productores e industria del medio quieren tener el control total sobre la publicación. Permanecen anclados al antiguo concepto de propiedad del medio físico y la consiguiente explotación-beneficio del mismo como parte de su negocio. Hoy en día ese concepto es enfermizo y caduco. La industria audiovisual solo tiene que gestionar el contenido, no el continente y facilitar su acceso. Cuando sabemos además que un medio tan accesible como Internet abre un mercado gigantesco para la venta de contenidos. Calculen los costos y verán que es más sencillo y barato vender en estas nuevas condiciones y los ingresos aumentarán.
Desde luego si es cierto que es una lástima la pérdida de las carátulas-portadas de los discos. Pero bien, no todo el progreso siempre es bueno.
Fin del parrafazo.
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