domingo, marzo 31, 2013

De salir.

Es curioso como el tiempo tanto condena o cuando menos entierra expresiones esclavas de una edad o cuando menos de una época así como en el momento o situación menos esperada vuelven a recuperarse.

Todo esto viene a cuento porque ayer en una conversación salió el tema "pedir de salir". "Me han pedido de salir". Si, entre comillas, entre muchas como le gusta al amigo irlandés. Me maravilla que aún exista gente por este mundo consumiendo recursos propios y ajenos y pidiendo de salir. Calculando mal que bien puede hacer unos veinte años que yo no utilizo esta expresión. Más bien debería decir que no he hecho uso de esta expresión y aún menos para el propósito en cuestión para la que estaba destinada. Además recuerdo con un sentimiento mezclado de ironía, sorna y cierta amargura que la última vez que usé esta expresión me enviaron clara e implícitamente a tomar viento. A tomar un viento además aderezado por otra expresión hermana o cuando menos viajera en el mismo bus de la vida que el "quieres salir conmigo" que no es otra que "para mi eres un amigo pero nada más...muy especial pero nada más".

Cuántos fracasos, lloros, consumos de copas al por mayor, desengaños y demás pesan sobre esta expresión. Tengo la certeza que el porcentaje de fracaso al utilizar este "quieres salir -o de salir- conmigo" es exponencialmente mayor al de aciertos. Como palabra fetiche claro es que está tocada por los malos hados del destino. No funciona y desde aquí, desde la autopista del conocimiento que es Internet hago un llamamiento para que no se continúe utilizando. ¿Qué hemos hecho mal para que siga en uso esta expresión? Nuevamente me pregunto ¿en qué hemos fallado?

Porque todo este asunto arranca en el acto de pedir de salir de unos señores ya bien -supuestamente- curados de espantos y curtidos en mil comeduras de mocos y pocos éxitos. Porque esto es residuo de nuestra época veinteañera, de cuando éramos la generación X. La del Clío Jasp, la música Grunge, el conde Duckcula, Colegio Mayor, el Enano Rojo y alguna historia más. El básico de Revolver también entra -maldito básico-. De conseguir dar un pico a una señorita, cuando enrollarse con una tía era una auténtica conquista y pedirle "de salir" y encima que dijera que si, prácticamente que te hacía chico del mes. Bueno, eso era un título difícil de conseguir, para ello, había que salir con una señorita -mas o menos seriamente- y que tu equipo ganara dos competiciones en ese mes. Ahora caigo que este era un título creado bajo el influjo de la primavera y su espíritu. Solo en los meses primaverales esta ecuación social podía ejecutarse. Nadie ha sido chico del mes en noviembre porque no había trofeos -futbolísticos se entiende....ligas, competiciones europeas..etc de las que jugar la final.



Pues bien, ahora cuando en realidad desconozco como toda esta juventud que viene tras nosotros y que tiene muy pocas posibilidades de pagarnos con sus cotizaciones nuestras futuras pensiones...utiliza recursos desconocidos para el juego del amor, he aquí que el pedir de salir aún está en uso por un grupo de irreductibles....Lelos?? Frikis?? Bipolares?? Aunque la cuestión no es como describirlos o aún catalogarlos, es encontrar el porqué la siguen utilizando. ¿Fueron los únicos a los que les funcionó?. Aún creen en su
infabilidad, más si va acompañada de colocarse de rodillas en el justo y debido momento.

Prometo averiguar más sobre este tema. Y es más que probable que trate con el amigo Friker Jiménez de hacer una mesa de debate en Cuarto Milenio sobre el uso del "pedir de salir" dentro del noble y difícil arte de tirar los tejos.