El 26 de Octubre de 2012 se cumplieron
50 años de la entrega a la Fuerza Aérea de EEUU (USAF) del último
bombardero estratégico Boeing B-52 Stratofortress, que comenzó a
operar en 1962 con el entonces Mando Aéreo Estratégico (SAC) desde
la Base Aérea de Minot, Dakota del Norte, donde aún permanece en
servicio activo.
El aparato entregado entonces, con
numeral 61-040, pertenece a la variante más moderna de este
bombardero pesado, el B-52H Stratofortress, y se encuentra adscrito a
la 5ª Ala de Bombardeo de la USAF estacionada en Minot, con la que
ha realizado 21.500 horas de vuelo.
Entre 1952 y 1962 Boeing construyó en
sus instalaciones de Wichita (Kansas) un total de 744 bombarderos
B-52 Stratofortress para la USAF, que hasta la fecha ha operado 8
variantes del modelo, desde el original B-52A al más moderno B-52H.
El Stratofortress ha constituido la
columna vertebral de la fuerza de bombarderos estratégicos
tripulados de la USAF durante casi seis décadas. El primer vuelo del
B-52A tuvo lugar en 1954 y su entrada en servicio (B-52B) con el SAC
se produjo en 1955.
Fieles al lema del SAC, ‘La paz es
nuestra profesión’, los B-52 jugaron un papel clave como activos
de la disuasión nuclear estadounidense durante la Guerra Fría,
misión que conjugaron con su empleo como bombarderos pesados
convencionales en la fase final de la guerra de Vietnam (Operaciones
Linebacker y Linebacker II, 1972), así como en las operaciones
Tormenta del Desierto (1991), Libertad Iraquí (2003) y Libertad
Duradera (desde 2001) durante las que contribuyeron a minar la
voluntad de combate de las tropas iraquíes y talibanes con su
tristemente famoso ‘bombardeo en alfombra’ o de saturación de
área.
En las últimas décadas el B-52 ha
sido superado en capacidades ofensivas por aparatos más avanzados
como el B-1B Lancer o el B-2A Spirit, aunque todavía constituye un
importante activo en misiones convencionales de apoyo aéreo cercano,
interdicción y operaciones navales antibuque.
Con una autonomía de 14.080 kilómetros
y la posibilidad de ser reabastecido en vuelo, además de portar una
carga bélica de hasta 31,5 toneladas, el B-52H es aún un vector
relevante para la proyección global del poder aéreo estadounidense.
Sin embargo, pese a las modernizaciones
en la flota durante sus más de 50 años de servicio, el B-52H ha
perdido su capacidad de penetración en espacios aéreos hostiles y
su operatividad descansa actualmente en el empleo de armamento
stand-off, como los misiles de crucero convencionales de lanzamiento
aéreo (CALCM), y en su gran potencia de fuego con armas
convencionales, como bombas guiadas de precisión JDAM, bombas de
racimo, misiles antibuque, etcétera.
La flota actual de B-52H de la USAF
comprende 76 aparatos, 74 de ellos operativos con las alas de
bombardeo 2ª y 5ª del Mando de Ataque Global de la USAF con base en
Barksdale (Luisiana, LA) y Minot (Dakota del Norte, ND)
respectivamente.
Cada 6 meses los escuadrones de B-52H
de las alas 2ª y 5ª realizan rotaciones desde sus bases en los
Estados Unidos continentales a la Base Aérea de Andersen, en Guam,
la isla de soberanía norteamericana en el Pacífico occidental.
Desde 2004 esta presencia, junto a la de los bombarderos B-2A Spirit
de la 509ª Ala de Bombardeo de la USAF (Whiteman AFB, Missouri),
constituye un elemento de disuasión y estabilidad en la región.
La USAF prevé mantener operativa su
flota de B-52H hasta más allá del año 2040, aunque desde Julio de
2008 ha comenzado a retirar del servicio activo los aparatos más
veteranos de esta variante.
Fuente; Rojo y Gualda