domingo, diciembre 09, 2012

Trece días.

Esta tarde he estado viendo Trece días, en la Sexta Tres. La película a mi me gusta mucho. Vale que es una americanada, que colocan a Kennedy en un pedestal pero aún así me sigue gustando. El caso es una vez que terminó la película me vino a mi mente dominical -casi en parada técnica- el pensamiento sobre si esta crisis hubiera sido ahora seguro que la cagamos. Aún más, si esto tienen que gestionarlo políticos y personas cercanas a poder en España la cagamos seguro.

Mal de mucho consuelo de tontos. Bien es cierto que en los EE.UU, aunque andan mejor que nosotros tampoco están sobrados de mentes inteligentes en el estamento político, pero ya digo, mucho mejor que en estas tierras. No quiero ni pensar en Rajoy, Zapatero, Zoilo, Griñan, Gallardón, Rubalcaba...gestionando esta crisis. Por ineptos seguro que hubiera terminado en guerra con los soviéticos. Gracias a Dios también que los soviéticos, hoy rusos, no son ya una amenaza. Que se ha hecho mal para bajar el nivel de esa forma. Está claro que esto no es mas que el reflejo de la sociedad en la que estamos enfangados -este pensamiento es muy jodido hacerlo en domingo y con poca neurona-. Permisividad excesiva, indolencia, no premiar la excelencia en el trabajo y el estudio. Universalizar el acceso a los puestos de decisión, sean estos del sector público o privado. No se presten a confusiones, con esta frase me he referido a que cualquier -lameculos se entiende- tiene más fácil el acceso -aún más en el sistema político- a puestos claves que aquel que verdaderamente tiene cualidades para ello.

Creo que todos tenemos meridianamente claro que cualquier chaval o chavala que desde los quince o dieciséis años entre en las juventudes del partido que más le convenga, asista puntualmente a toda clase de reuniones y demás actividades políticas, si encima se saca su carrera universitaria y sabe a quien tiene que arrimarse en el momento adecuado, tiene un puesto seguro en el sistema político español. No hacen falta más méritos. Todo vale, y no lo digo solo por el tema de la corrupción política. En cincuenta años hemos retrocedido en valoración de principios de forma dramática. Ahora aceptamos comportamientos, y ya digo no solo de políticos, sino de familia, amigos, compañeros etc que hace cincuenta años se hubieran tachado de verdaderas infamias. Pero hoy tragamos mierda con una facilidad pasmosa.

Esta debilidad, este "todo vale" creo que lo podemos catalogar como una decadencia absoluta de los principios que hacen que una sociedad funcione de forma correcta. Con fallos como es normal pero no con la cantidad de mierda que nos rodea como estamos en estos momentos. Hay que volver a valorar y hacer que se valore la excelencia. En el trabajo, en la vida corriente y en resumen en los principios que hacen que nos rijamos como una sociedad de progreso. Esta última frase me ha quedado cojonuda pero lo cierto es que igual la puede utilizar el político de turno. Vacía, es una frase vacía. ¿Por qué? Simplemente porque desconozco como se puede poner en práctica el remedio del problema. Como y donde administrar el remedio. Cojonudo, conocemos el problema y qué. No sabemos como remediarlo.  Y desde luego no soy el más adecuado para ejercer de abanderado de la causa pues como todos, tengo mis lodos que esconder. Así que nos quedamos donde siempre, en la queja no en aportar la solución.

Se admiten, mejo dicho, se necesita urgentemente remedio para lo expuesto.
Gracias.

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