domingo, agosto 14, 2011

El chill out como instrumento de cabreo. Cronicas Conilenses. Capítulo 2.

Que si, cierto..cierto. Además, una experiencia comprobada, no es únicamente teoría sino todo una demostración sobre el terreno lo que presenciamos en el chiringuito de Sancti Petri. Puede parecer extraño, incluso una especie maniobra oscura en mi cruzada contra el Chill out que tanto le gusta a el amigo Jiménez. Pero no, no me ha hecho falta ningún movimiento maquiavélico para contrastar la oscuridad que hay tras el chill out.

Rememoro los hechos; El sr Delgado, el Maestro de las Buenas Maneras, el sr Giuseppe y este que les escribe como testigos, la señorita Bibi no porque permanecía en la arena...nuevamente. Haciendo un paréntesis en una extrema sesión mañanera de playa - a la playa en Cai...nunca máis-y después de comer en la misma playa -gratos recuerdos del bocata aún tengo- nos dirigimos al chiringo a procesar un café solo con hielo acompañado de copazo. Todo bien, una sobremesa placentera, en una barra...perfecto. Con viento pero sin molestar, la playa al lado -no lo suficientemente lejos...- un nivel de arena mínimo -al menos en las bebida el rastro era inapreciable- y en fin, disfrutando de la hostelería a pie de playa.

Pues bien, en el chiringuito de Sancti Petri surgía por los altavoces música chill out. Si, de esas que supuestamente se indica para relajarse, tranquilizarse, disfrutar más de la vida, reducir la velocidad de movimiento por la vida...y no sé que yo cuántas indicaciones más. No, vamos que no, ese mortecino ritmillo repetitivo estaba calando en nuestras almas...cierto, para malo. De hecho estábamos comentado lo pesadísima que es esta música...se introduce el ritmillo machacón en la cabeza, en el sentido...que digo, en el alma y súbitamente notas que algo bulle en tu interior...estás ardiendo y necesitas una descarga de violencia para liberar presión....

-Se puede saber ¿qué cojones pasa contigo?¿Cuál es el puto problema con la cuenta?

No, no eramos nosotros, de hecho nosotros nos encontrábamos entre aquellos que o tenían un vaso en la mano, o un tenedor...alguien habría con una puntillita en la boca...unas hortiguitas...choco, pero cierto que todos nos atragantamos con el "lío voces" que se montó en un tres con tres entre dos camareros...o el sherif del local con uno de los camareros. De cualquier forma estoy seguro y es más, fue una conclusión a la que llegamos todos los presentes de forma conjunta -y ponernos de acuerdo es tarea complicada- que la jodida música chill out ataca nos nervios y es perjudicial para la salud, el buen ambiente de trabajo, los comensales y..vaya usted a saber más.

Desde luego si hago un llamamiento internero desde este post para que cuando se esté comiendo, de sobremesa de cafeses y demás, cenando, desayunando y en resumen, cuando se esté tranquilo en un establecimiento hostelero por favor, ruego atención, no pongan música Chill out. Déjennos en paz, es mentira no relaja...cabrea, no transmite quietud te cagas en el hijo de la grandísima puta que te está dando la brasa, no pacifica le metes dos tollinas de padre y muy señor mío al mamón que pase primero...y no digo como hace que te vuelvas de relajado a otra sesión de treinta y seis años de playa vespertina. Yo creo que del mal rollo imperante hasta los cubitos de las copas se fundieron antes. Por mucho que diga el sr Delgado que en la playa son mejores los cockteles por aquello que el hielo picado aguanta más y no agua la copa como el normal...pero eso es otro tema.

Esas palabras tuyas son como puñales.....eeeeeeeehhhhhh.

Con esa frase que esperamos...una repentina rendición de Al Qaeda?? NO joder, eso es parte de una letra de un disco tipo flamenquillo-chill out tan del gusto del sr Jiménez. Además la señorita que lo canta parece que está como que "cabreá" vamos que le "enfae" la situación. Y de esa forma, con qué santos cojones nos vamos a tranquilizar. Ven ustedes como hasta estoy escribiendo cabreado...y a santo de qué se preguntarán ustedes que estoy yo así. Pues muy sencillo, simplemente estoy tarareando la canción esta de los puñales y ya me está entrando la mala leche. Unan a eso que poseo los siete pecados capitales -a decir del Maestro- de modo que no me toquen....



Nunca Máis.....nunca máis.

1 comentario:

laindefensiónaprendida dijo...

¡Cómo te comprendo! es cómo cuando vas a que te den un masaje de espalda y te preguntan: ¿relajante o terapéutico?. El segundo es el verdadero,el que hace que vuelva la sangre al músculo dolorido. Si te equivocas y, por casualidad dices "relajante", sales con un ataque de nervios.