martes, septiembre 18, 2007

Verde y azul.
Tengo un gran amigo para el que la teoría de la paleta de colores extensa no existe, el blanco es blanco, el rojo es rojo, el verde otro tanto...el amarillo más de lo mismo, no entiende esos conceptos de azul tasmania, amarillo trigo, la idea de escuchar "esto es color caldera"...no la entiende, y la verdad es que es así, una caldera es un artefacto no un color, además que no se pintan todas igual. Pero bueno, yo la verdad es que si soy más dado a matizar los colores y a darles algo de vida, pues el rojo amanecer es más intenso o llega más que decir simplemente es rojo, aunque esto es otro tema.
Si es verdad que estamos invadidos de grises, o al menos tenemos gris la mente y el espíritu o alma o como quieran llamarlo y a veces la mera visión de un color te devuelve parte de sentimientos o reacciones que no tenías, se habían olvidado o como mínimo las tenía archivadas. Y surge que te marcas un viaje por aquello de tocar vacaciones, que en principio pues gusta porque vas con tus amigos y piensas pasar unos ratos muy agradables, divertidos y memorables donde los haya y surge que el viaje es a las tierras del norte del país, a Cantabria y uno que no es precisamente Willy Fog, cuando veo el verdadero color verde de la naturaleza me quedo mudo. Verde hay en todas partes, matices de verde hay incontables y gustos sobre la preferencia del tono de verde mejor ni contarlos. La gente alucina por mis tierras con el bosque de la Alhambra, el valle de los Pedroches, la sierra de Grazalema etc. Esta última no la he visto y cierto es que son paisajes impresionantes y que el verde de los árboles, plantas y en esencia de la naturaleza aquí también es sublime, pero yo no contaba con ver el verde que tanto he leído de aquellas tierras y que ciertamente la descripción se quedaba corta. Cuando comentaba con otra gente donde iba a ir en vacaciones uno de los comentarios más repetidos era que allí si vas a ver verde de verdad. Creo que no solo se refieren al intenso y embriagador color de la vegetación de aquellos lares sino también a que según mis pensamientos, estás más cerca de la naturaleza. Es posible que sea la conjunción entre vegetación espectacular, sierra, mar y una pluviosidad envidiable. Elementos con los que la Naturaleza puede crear una tierra tan bella como la región cántabra.
Para aquel que me conoce esto que he escrito le sonará a chino o a que estoy
embrujado, he sido abducido o algo así, porque normalmente soy lo más parecido al prototipo de urbanita con la máxima de que los árboles tenían que estar acolchados por el tronco para apoyarse mejor, en el campo solo hay bichos cojoneros y el césped a ser posible artificial. Por supuesto, ante camino de piedras...carril asfaltado. Tranquilidad que no me ha pasado nada malo, más bien todo lo contrario. Pero confieso que me he sorprendido a mí mismo -valga o no la redundancia lo pienso poner así- flipando con levantarme y mirar la montaña verde cubierta de árboles, o el prado que en pleno mes de agosto luce un verde envidioso en el mejor febrero-marzo granadino.
¿Y el mar? Simplemente impresionante, aunque eso ocurre en todas las costas...probablemente allí impresiona más porque aún la costa no está literalmente engullida por el señor oscuro urbanismo, y para un acostumbrado a ver más bloques de apartamentos primera-linea-playa que el verdadero horizonte del mar esto es ciertamente algo sorprendente.
Tengo que confesar que lo más sorprendente para mi ha sido el tema de las mareas, en toda costa es algo común, pero la fuerza con la que se manifiesta en el cantábrico es sublime. Prueba de que la Luna nos afecta muchísimo más de lo que pensamos y de lo que hasta Iker Jimenez de atreve a decir.
En suma una tierra que no me canso de recomendar a todo el que se atreve a soportar mi descripción interminable de las bondades de aquellas tierras y por supuesto de sus gentes, y en parte luego pienso que no debería de ensalzarlas tanto para que no vaya tanta gente y me perviertan el lugar....porque lo siento pero es mío...jajajajaja.
¿Dónde me he dejado el azul? Ese no se lo pienso describir, me pertenece o al menos así lo siento yo, es vida, es disfrutar de matices olvidados, de risas espontáneas, de complicidad olvidada, de un alma alegre. No pienso revelar en donde reposa ese azul, vive ese azul, ríe ese azul porque es mi secreto, mi fuerza y mis infinitas ganas de todo. Solo daré una pista...no hay turquesa, zafiro, jaspe azul, lapislazuli ni ojo de halcón más bello ni caro para mí que los ojos de mi dama del norte.

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