viernes, octubre 26, 2007

Puertas encantadas.
Soy de los que piensan que hasta cierto punto todo tiene cierta vida propia, y por todo me refiero a cosas "inertes"...Esto no es una introducción a un reportaje de Cuarto Milenio y yo desde luego no soy Friker Jiménez...aunque reconozco que me encantaría presentar Cuarto Milenio, pero bueno, si tiene que llegar...llegará. Esto de la supuesta vida de las cosas en realidad no tiene exactamente que ver con la parrafada de hoy, o al menos en parte, pero la verdad es que me ha molado como introducción y como es mi Blog pues lo pongo, y punto.
Pasando de más historias y como siempre profundizando en mi investigación de todo aquello que nos rodea, hoy centro mi atención en las puertas, y concretando más, en las puertas de los servicios de los bares, restaurantes etc. Que desastre como están la mayoría de las puertas de entrada a los servicios de estos locales. Desde luego que ese lamentable estado no es debido a la mala conservación por parte de los respectivos dueños sino al mal uso y poco cuidado con que hacemos uso de ellos los clientes. Todo esto viene en razón de lo que me aconteció el sábado pasado, algo que no es raro que pase, creo yo, o al menos, a mi ya me ha pasado en bastantes ocasiones. Y no es otra cosa que acercarse al servicio porque uno tiene gana de descargar, mingitar o "echar una meada" -como quieran llamarlo- y lógicamente se dirige hacia el servicio del bar donde uno está echándose las birras respectivas y a la hora de abrir la puerta del servicio pues nos damos cuenta que está cerrada. En ese momento, por lo menos yo, normalmente hago dos cosas. Primera, si tampoco estoy para reventar pues vuelvo con el resto de consumidores de cerveza y estoy ojo avizor para entrar en cuanto salga el ocupante ocasional del meódromo. Segunda opción, pues si estoy un poco corto de aguante opto por esperar en la misma puerta a que salga el ocupante del mingitorio....y no sale, tanto si opto por una u otra opción de espera, no sale el meante anterior, y mira por donde que ahí está uno, meándose -en mayor o menor grado- y poniendo cara de pocos amigos.
A esas alturas uno ya está imaginando posibles causes del retraso en la salida del ocupante del baño, desde que en vez de mear está echando una "cagada" de campeonato, con que ya también de camino pienso en la peste que quedará para el resto de los días en el baño, que se ha metido una "dama" en el servicio de los tíos -por premura inevitable, lógicamente- y normalmente las mujeres tardan en esos menesteres más que los hombres...o simplemente y vista la tardanza, ya está otra parejita echando un polvo en el servicio del bar...
Está claro que después de todas estas cavilaciones, mis ganas de mear han aumentado exponencialmente hasta casi el infinito y más allá -eso es de una película...no me acuerdo de cuál- y empiezo a sopesar la opción de buscar otro bar donde orinar...e incluso pienso que si no hay más remedio hago el "agua va" en el primer callejón que pille.
Joder, no aguanto...por supuesto a estas alturas ya me he acordado, y por qué no decirlo...cagado en la madre que parió a/los que están dentro del servicio y viendo la premura, y que la precisa obra milagros con la vergüenza...pues decido de darle un empujón que sobrepasa lo elegante y educado a la jodida puerta del servicio del puto bar...y COÑOOO....si no hay nadie. En ese momento lo primero que hago es acordarme de mi mismo y no en el buen sentido por lo torpe que estoy y en segundo lugar pensar en por qué coño hay tantas puertas de servicios en los bares que están semiatrancadas.
Eso es una putada para la gente educada -entre la que me incluyo- como no vamos dando de ostias en las puertas, como esa juventud incapaz de pagar en un futuro nuestras pensiones debido a su incontable ineptitud para todo excepto para tratar mal y cargarse cualquier puerta especialmente de servicios públicos...pues nos topamos gracias a esos inútiles -por cierto no todos jóvenes que hay cada viejo y mediano de edad tan lerdo como los anteriormente descritos- con unas puertas que están hasta los cojones madereros de que las maltraten. Y cuál es su reacción?? Pues reaccionar violentamente contra aquellos de la misma especie de los que les joden...los humanos, y como ahí entramos todos, en el momento que una puerta de baño de bar puteada detecta que se acerca un humano a abrirla...reacciona violentamente, agarrándose al suelo cuál presa cazada e intentado que no pase el mal bicho -en este caso yo que no tengo ninguna culpa- Es por eso que hay veces que una vez pasado ese trance, y aún peor cuando encima se ha montado cola por nuestra ineptitud a la hora de abrir puertas de meódromos de bar, vemos que hemos quedado como lelos por no ser capaces de abrir un puta puerta, de habernos dado cuenta que no había nadie en el baño y sobretodo no darnos cuenta de lo que decía en un principio...los seres inertes como las puertas en este caso, tienen vida propia, especialmente las de los baños hosteleros...y que sepan, tengan claro y nunca olviden, que nos han declaro la guerra.
Avisados quedan.

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