martes, octubre 12, 2010

Y terminó el puente.


El puente.....eellll puuuentee!!!

Cierto, ha terminado. No ha terminado mal, ha ganado España, me he marcado mi diario paseo y afrontar una semana desde el miércoles no está nada mal. Cierto que esto último no suena a muy productivo pero...hay veces que también me entra a mi la flojera.

Una vez superado el trauma de los dos saltos en la prueba del alce saltarín del auto nuevo de Santino -el sr Jiménez y sus columpios...no digo más- por cierto que buena estabilidad la del Mitsu ASX...consumidas las raciones de secreto ibérico en nuestro lugar de referencia aunque reconociendo el sableamiento sufrido en el establecimiento...todo lo demás con Mastercard.

Muy chispeante ciertamente. Es curioso como no se adapta uno con la suficiente premura a esto del puente. Así es que ayer lunes por la mañana estaba yo más despistado que una diez-once en un garaje. Y eso que me busqué un trabajo facilón para matar la mañana. Nada más sencillo -cándido de mí- que buscar un tablero redondo de un metro para el cristal de la mesa-camilla; preferentemente de aglomerado a madera, más que nada porque no se ve, solo es para poner el cristal por encima y para hacer de puente entre la mesa, el cristal y la ropa de invierno de la mesa.

Joder pues media Granada, incluyendo capital y parte del cinturón metropolitano que me marqué para encontrar el redondo tablero. Desde luego en lugares de estos baratos de brico-chapuzas nada. Akí, Bricodepot, bricocentrocepín -en Atarfe...esto es el cinturón- nada de nada. En este último la mesa completa, pero vamos que para qué quiero yo todo y eso que más de una vez en el transcurso de la mañana viendo que mi misión peligraba en su éxito estuve tentando de volver sobre mi camino y comprar la mesa-camilla completa. Pero como decía si he llegado a la conclusión que en temas de madera en estos lugares baratos solo hay tablones cuadrados para que después cada perro se corte su tablero redondo con su caladora. Aquí no tenemos Leroy Merlín..así que nos jeringamos.

Tampoco es fácil de encontrarlo en almacenes madereros, o eso llegué a pensar cuando visité dos de ellos. Incluso llegué a elaborar la teoría versada en la desaparición o extinción de las mesas-camillas redondas -a ser posible de un metro-, a esos extremos llegó mi congoja.


Pero al final encontré en las afueras un almacén maderero donde por una cantidad que se me antojó aceptable aunque un pelín cara me la proporcionaban. También en la típica pequeña tienda de muebles del centro, en calle Fabrica Vieja; por cierto que con ese nombre está claro que está en el centro de la capital pues no tiene nombre de calle de ensanche ni de calle de pueblo de área metropolitana ni nada por el estilo. Me quedo aquí.

Total que llegué al lunes por la tarde; presto y dispuesto me equipé con mi vestimenta de andador pero resulta que el día me salió esquivo a presento a la señorita lluvia que no se lleva muy bien con los caminantes. Es cierto que mis ganas de caminar cedieron cuando entre en una nueva librería de usados y ediciones descatalogadas donde con una inversión de cinco euros en Artículos de costumbres de Larra, otros quince euros en "De la Guerra" de Claus Von Clausewitz, doce más en "Medios acorazados; diseño estrategia y función" de Juan Pando Despierto; más la Caída de los Gigantes de Ken Follet que me regaló mi primo el día de mi Santo...pues tengo una aceptable temporada para no preocuparme por encontrar algo para leer.

De modo que terminó el lunes y entramos ya en el día de hoy donde además de ver el desfile militar como todos los años. Como crítica expondré mi pobre valoración de los narradores del desfile tanto por su poca gracia narrativa como por su aún peor e ínfimo conocimiento de medios materiales y humanos que participaban en el desfile. Una lástima por cuanto antes en la cadena pública -la uno- había un maravilloso periodista especializado en temas militares y que año tras año nos deleitaba con sus maravillosas explicaciones y descripciones del desfile. Pero por desgracia cayó en esa vil prejubilación que descalabró a RTVE de sus mejores comunicadores.



Poco más, un nuevo trayecto de paseo a ritmo casi de legionario, una hora y veinte minutos de paseo y todo preparado para el buen partido disputado con los escoceses y terminar con el puente marcándome un post en el blog.

Debería de comentar algo acerca de los abucheos del pueblo hacia Zapatero y de como este -quién lo iba a decir- terminó refugiándose en el sonido de una marcha militar para acallar las protestas del pueblo. Cuántas vueltas da la vida -me lo van a decir a mi...por cierto que hay cosas que aún no las entiendo...qué difíciles son a veces los caminos por los que hay que andar- el sentido de justicia divina, divina providencia, el destino...casualidades o simplemente ver las cosas que pasan, nos pasan y nos dejan patidifusos pues nos pasa a todos.



Me estoy perdiendo del tema. En fin, lo dicho....creo que el pueblo está en todo su derecho de pitar, silbar, criticar, vocear al presidente del gobierno. Aunque eso si, hay momento que lo mejor y lo obligatorio es estar en silencio. En el homenaje a los caídos por España, ese minuto de silencio e incluso lo que dure el homenaje, no debe oírse ni una sola voz malsonante, una mala expresión y si un silencio acorde con el momento de la ceremonia y más cuando hay familiares de los fallecidos presentes. Pero claro...si hemos elegido a este presidente, si nos interesa mucho la Esteban y si ya estamos curados de espantos.....vengan de quienes menos esperamos...total a estas alturas, mejor dejar la cosa tal y como está.

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