domingo, marzo 20, 2011

Libia y pensamientos postreros.


Mi película bélica favorita es esta, Black Hawk down, black hawk derribado; como prefieran. Un momento muy propicio para insertar este vídeo en el blog. Buena analogía de una posible intervención terrestre de fuerzas occidentales en Libia. Afortunadamente se está aprendiendo a recordar la historia y después del mismo episodio de Somalia -en el que está basada la película- y sobretodo el desastre de Irak y el desastre encubierto de Afganistan, hay que pensarse muy bien bien hasta qué punto es necesario la intervención terrestre en este tipo de países árabes.

No voy a ser yo el que haga junteras con todos estos del "no a la guerra" que aparecieron y se reprodujeron por esporas cuando el tema de España en Irak, pero cuidado, no olvidemos que esto si es una misión de guerra. Para establecer una zona aérea restringida, mantenerla y demás hay que neutralizar al enemigo, en este caso Gadafi y lo que queda de su ejército. Esto no es una misión de paz, no se va a repartir ayuda humanitaria desde el buque Castilla. La prueba está en el pequeño grupo de combate naval enviado. La joya de buque medio, la Fragata F-100, el aún útil submarino clase S-70 en combinación con el P-3 Orion de patrulla aérea costera y los medios aéreos todo terreno F-18. Por cierto muy curioso es que ningún país europeo participante envíe el eurofigther. Igual no es momento de experimentos y juzguemos mejor optar por material consolidado.

En cualquier caso preferentemente para esto está el ejercito, además de para repartir comida en catástrofes. Cómo cambian las cosas, los dirigentes -lo de Zapatero es digno de estudio-. Y ante todo como estamos controlados por los medios de comunicación. Ahora toca Libia, olvidamos el problema de Fukushima, aún olvidamos más la tragedia de la población nipona tras el terremoto y tsunami. Todo vale y en todo momento y al poco lo olvidamos o nos hacen que lo olvidemos. Así hacen que funcionemos en todos los aspectos. Te quiero, te dejo, te jodo, eres mía, no vales nada...saltamos límites impensables hace unos años en todo tipo de relaciones. No todo es así desde luego - lo cierto es que me he pasado con la demagogia- pero bien nos valdría bajar la velocidad de vida y replantearnos seriamente si es el modo adecuado de vivir y aceptar todo o los límites están más que sobrepasados. Llega un momento en que nos vemos obligados a ello...quizás para no partirle la cara a alguien y aceptar todo lo que nos rodea.


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