lunes, diciembre 18, 2006

Rectificándome a mí mismo en “El habla”...y alguna cosa más.

De sabios es rectificar, y aunque disto una barbaridad de considerarme aprendiz de sabio, bien es cierto que una rectificación a tiempo vale su peso en oro. En un párrafo de mi diatriba mental sobre “el habla” criticaba o reflejaba en cajeras de supermercados y peones de albañil, el futuro que le espera a nuestro idioma español o castellano o como carajo quieran llamarlo.

El caso es que viendo un comentario de mi correctora de articulillos es más cierto que mañana hará un frio de pelarse en Granada, que no siempre es lo que parece –“Cuidadito. Cajeras de súper y peones de albañil a veces hablan mejor que los grandes directivos.”-. Esto es así, no es oro todo lo que reluce ni toda la gente errante anda perdida. No es patrimonio de los “pudientes” el buen hablar así como los plebeyos no tenemos por qué hablar mal. No me expliqué bien en su momento, pero estando ahora remediando el entuerto cometido si diré que cuándo me fijé en ese grupillo de quinceañeros/as -esto no es sexista- si saqué en conclusión que no eran precisamente de clase menos pudiente, por lo menos en cuanto a la valoración monetaria del vestuario que llevaban, claro que cosa distinta es que la valoración en cuanto al gusto del vestuario me parecía vergonzosa. A mi no me importa mucho como vayan vestidos los demás, eso no me molesta...Bueno si me molesta, tengo que reconocer que no soporto a los “rastas” creo que se escribe así. Y no por nada en especial que me hayan hecho, sino porque me parecen sucios. Igual estoy equivocado, pero me parecen que llevan el pelo muy sucio, y alguna vez me he acercado más a ellas/os dando como resultado detectar un cierto olor fétido no muy soportable. Como decía una tía de mi madre, “para ser santo no es menester ser marrano”, si, tenía más razón que un santo. Todo esto viene a cuento de que quizás lo que falta hoy en día, tanto en relación a el habla, a vestirse, o simplemente a la higiene personal...lo que falta es dejadez. Ni mucho menos pretendo que todo el mundo vaya encorbatado, con el pelo corto, y gastando perfume del caro. No confundamos la noche y el día, pero si es cierto que la gente está más guarra que nunca, falta higiene, no entiendo esa moda de ir limpiando las aceras con los pantalones anchos estos. Joder para eso ya pagamos impuestos al ayuntamiento de padrón que nos toque. Sigo sin entender el no ducharse todos los días. Me parece una barbaridad oler a sudor pudiéndolo evitar. Es una blasfemia que hoy en día se hable peor que hace cinco ó diez años. Y por supuesto paso por alto a propósito la forma en que hoy se escribe, el concepto de faltas de ortografía, de limpieza al escribir, de organización.

Hoy todo lo hacemos rápido, hoy nos preocupamos de nuestros derechos, muy poco de nuestros deberes y nada de si o no jodemos al vecino. Primero yo, segundo yo y tercero y sobra algo...pues también para mí. Que nos sale la vena solidaria, tenemos cientos de ONG donde plasmar monetariamente nuestra buena fe. No hace falta solo eso joder. Empecemos por ser solidarios dando un buenos días o lo que toque según horas cuando entramos en el portal y nos encontramos con un vecino. Demos las gracias y un hasta luego al tendero cuándo le compramos algo y nos da la vuelta. Tiremos los papeles y colillas a la papelera –mierda, parezco un puto scout- y en fin. Empecemos por recuperar algo cada vez mas ausente en nuestra vida, la urbanidad. Tengamos buenas costumbres, buena educación y si encima tenemos buenos principios...es probable que todavía no esté todo perdido.

Y sobretodo, reconozcamos nuestros fallos, hagamos por enmendar el error cometido...y aún mejor, intentemos no volver a cometerlo.

No hay comentarios: