lunes, noviembre 05, 2007

Ceuta, Melilla y España en general.

Desde que salió en los medios de comunicación la visita de los reyes a Ceuta y Melilla, llevo dándole vueltas a escribir sobre el tema. Con más razón aún cuando se le está dando tanta cancha a las protestas de Marruecos. Protestas totalmente normales si uno analiza la postura de Marruecos y absolutamente lerdas desde el punto de vista español. Claro que para variar los principales culpables son el gobierno, la clase política en general y los medios de comunicación nuevamente. Se le está dando una importancia abismal a las declaraciones del gobierno de Marruecos, están "chupando" una cuota de cámara sorprendente las protestas -que no son para tanto- del pueblo marroquí sobre este tema y todo en pro de las audiencias de todo tipo que son el santa santorum de los medios de comunicación, sean prensa, radio o televisión.
Vamos por partes...que trabajo le hubiera costado al gobierno en el momento de las primeras reacciones de Marruecos y en los comienzos de los medios de comunicación dando la brasa con el tema soltar un simple "este tema de la visita de los reyes a Marruecos, es un simple acto de la corona, siendo no más que un tema interno español"....y punto ni una sola aclaración sobre Marruecos. No prendamos más fuego que ya estamos en el infierno joder. No empecemos con las buenas relaciones de vecindad e historias esa índole. Vamos a revestir de normalidad un acto que en verdad y por desgracia no lo es. No nos importa lo que opina Marruecos porque esta visita es un tema interno de España. Así de sencillo.
Por otra parte hay que reconocer que no creo que sea el momento más adecuado para la visita del Rey a esas tierras. Primero porque estamos en clima preelectoral y es motivo más que suficiente para que nuestros políticos-hienas se tiren a matar con semejante bocado. Segundo porque la corona debe de estar lo más alejada de cualquier sombre de partidismo o identidad política y tercero y más fundamental porque si ya vamos...no es para estar una horas en cada ciudad, por lo menos que dedicarle un día a cada una.
Cuando he escuchado el discurso del rey en el que citaba el compromiso pendiente que tenía con Ceuta...se me ha caído la cara de vergüenza. No es un compromiso pendiente coño es una deuda casi que de honor. Treinta y tantos años han tenido que pasar para que el rey visite dos ciudades tan especiales como Ceuta y Melilla, es lamentable. No culpo enteramente al rey, supongo que su decisión ha estado supeditada a los intereses de gobierno de turno que tocara en cada momento que saliera relucir el tema de la visita a Ceuta y Melilla, pero es lamentable y prueba palpable de que somos un país con una debilidad de espíritu nacional crónica que tenga que pasar este tiempo para que el rey visite estas dos ciudades. Estoy pensando que la expresión "espíritu nacional" que he utilizado antes puede inducir a fanatismo patriótico, a ideal de facha a ultraderechista o a alguna gaita de ese tipo tan común hoy día. Entiendo que el nacionalismo en un concepto con una dosis de pasado excesiva y un futuro cuando menos complicado. En un mundo donde el concepto de globalización es tan acusado, en un continente como el Europeo donde las fronteras tienden a desaparecer -al menos las fronteras entre los países de la unión de mercaderes europeos que eso es la UE-...pues en esta situación el ideal de estado puede comenzar a resultar anacrónico. Claro que aún me resulta peor el que la derecha sea la abanderada del nacionalismo español y la izquierda apostate del nacionalismo que siempre ha tenido. Desgraciadamente nuestros políticos tienen el mismo lamentable nivel de conocimientos sobre la historia de España que gran parte de aquellos que se tachan de progresistas sean de izquierdas como de derechas...tanto me dan porque todos aquellos que se tachan de progresistas, sistemáticamente los tacho de lerdos, incultos y de una simpleza rayante en lo increíble. Es muy probable que hoy en día, el político y presidente de la República española don Manuel Azaña sea tachado o descrito como una figura entre la izquierda española...cuando en realidad era simplemente un reformador del país...con un espíritu nacionalista sublime, una baja estima de los localismos endémicos españoles -País Vasco y Cataluña- y un auténtico fervor por sacar a España de su atraso malquistado.
Pero nada más, y para muestra un botón...leánse los Cuadernos de Guerra de don Manuel Azaña y descubrirán los entresijos de una guerra civil, la catadura moral de algunos políticos de aquella época ensalzados hasta lo absurdo hoy en día y denostados hasta por los propios suyos en su momento.
...joder que me quedé frito...sigo otro día que hasta yo mismo me dormí.

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