viernes, octubre 06, 2006

 Principios.

Es muy difícil catalogar los principios, tampoco todos nos regimos por los mismos principio aunque si es cierto que compartimos unos mínimos de respeto a la vida, igualdad, libertad y alguno más. Bueno, creo que estos son los mínimos que habría que compartir, pero por desgracia ni siquiera esta tarifa mínima de principios la acatamos.

De todas formas no voy hoy por sentidos altos y filosóficos de estos principios, no estoy para tanto. Será porque es viernes y las neuronas están al límite. También acompaña el que ya está pensando uno en la juerguecita del fin de semana y además que he estado viendo mientras cenaba algo de Corazón corazón, el programa de prensa rosa de Antena 3.

Desde luego que no voy a criticar a quien sale contando sus noches de lenocinio, a quien también cuenta con quien ha compartido cama, a cuál ha puesto cuernos y demás movida. No me parece criticable quién se lucra de estoy y quienes viven de lucrarse de ellos, dícese periodistas, comentaristas etc.

Y no los voy a criticar porque esto no es más que el fiel reflejo de la sociedad cutre y más simple que el mecanismo de un cerrojo que tenemos. La cantidad de bolos, memos, inútiles, gañanes, incultos y demás almas que andan por esta España es cada vez más inauditamente real. Por eso ahora, mientras estaba tomándome mi bocadillo de jamón con una lata de Coca-Cola para cenar, y tragándome el programita de turno, resulta que ha aparecido un pollo, hijo de torero y madre maltratada que se pelea a muerte con su madre en público, a esta le da un vahído y...he aquí que le hace menos a caso que a un farol.

Supongo que alguno se estará preguntando por qué esto me ha sorprendido tanto viendo como se ponen los engendros que acuden a estos programas. La verdad es que normalmente toda esa serie de basura no me molesta mucho, a veces me entretiene y ya digo. Lo mismo nos encontramos diariamente por la calle y en grandes cantidades. Pero hoy, supongo que mis neuronas o mi alma, no sé bien el qué, ha reaccionado de forma distinta. Creo que el hecho de ver como un hijo machaca de esa forma a su madre me ha dado asco. También estoy seguro que escuchar la forma en que esa madre hacía lo mismo con su hijo me ha producido el mismo efecto. Y lo peor de todo es que esto pasa normal, continua y sin solución posible de forma cotidiana en la intrahistoria de este país.

De tal forma que con esa falta de “barreras psicológicas” que siempre se han tenido de no hacer daño a los seres queridos hoy en día se trabaja el ostión, la tollina, la puñalada y no hablo en sentido metafórico sino de la forma más objetiva posible sobre todo aquel que mínimamente nos jode.

Con razón han tantos hijos que matan a sus padres, madres, hermanos, primas etc. Así está claro que tanta pareja escorrenta a ostias a su media naranja correspondiente. Y por lo tanto también cada padre y madre de muy señor mío infla a quemaduras a bebé de tres o cuatro meses.
De qué coño nos escandalizamos si damos una sesión de eso, pagando y en horario de share máximo un viernes. O qué coño esperan del Jonatán o la jeni correspondientes que no ven más allá del dinero rápido, la poca responsabilidad, la carencia de cultura y por tanto de principios reaccione ante una situación complicada. Pues a tollina limpia.

Creo que la gente de Atapuerca está equivocada buscando el eslabón perdido por aquellas tierras. No tienen que darse un paseo por cualquier parte y los encontrarán. Desde chulitos de instituto, a pega mujeres etc....

Por lo tanto he llegado a la conclusión que la culpa de todo esto la tiene la naturaleza. Y es que esta se ha dado cuenta del daño que le está ocasionando la raza humana y ha optado por quitarle al hombre su arma más mortífera, la inteligencia. Y claro, así nos va y peor irá.



No hay comentarios: