domingo, noviembre 16, 2008



18 días de vida hospitalaria.

A todos nos toca tarde o temprano pasar por el hospital. Ya sea de forma directa o aún más probable cuando tenemos un familiar enfermo o como mínimo que necesita de reparaciones quirúrgicas. El caso es que mi padre ha tenido que pasar por estas reparaciones por un tema de garganta gracias a Dios y a los médicos bien y limpiamente solventado.

Que un hospital no es un lugar atrayente es algo fuera de toda duda. Que dedicarse a la salud, ya sea como médico, enfermero, celador o cuantas profesiones circundan y forman el entramado de un hospital está claro que o se acomete ese trabajo por vocación o si es solo como medio de vida...ni compensa, ni se hace bien, lo sufren los pacientes y lo llevan aún peor el "trabajador" por obligación.

Digo todo esto porque después de pasar esos casi veinte días viviendo y sintiendo el funcionamiento de un hospital se pueden sacar muchísimas conclusiones. Desde luego que no es la primera vez que paso tiempo hospitalario, pero si la vez que ha sido mas larga la estancia y por lo tanto con más posibilidades de conocer la intrahistoria que se desarrolla diaria y permanentemente en un hospital. Así es que 20 días en hospital Ruiz de Alda, ciudad sanitaria Virgen de las Nieves aquí en mi querida Granada dan para mucho. Para empezar y a modo de gracias impagables, tengo que agradecer, engrandecer y expresar todo mi afecto, agradecimiento y reconocimiento a los otorrinos que han operado, curado y se han preocupado por mi padre. Así como a todo el personal de la cuarta planta de otorrino y urología del Ruiz de Alda, porque es un personal no solo cualificado, sino educado, de un trato gratísimo, una calidad humana excepcional y un cuidado y amor por los pacientes digno de encomio y elogio. Está claro que todo el mundo no es igual, pero en líneas generales hay un grupo de trabajo digno del mayor respeto.

Como digo, al estar un tiempo creo que largo -no creo, desagradablemente largo- en el hospital, se repara en muchas cosas. La primera y empezando por acciones o hechos menos tangibles pero más espirituales, hay que reconocer como algo irrefutable como se alarga o decrece el ritmo del tiempo en el hospital. Las horas se hacen eternas, los días se convierten en centurias sino en edades y los minutos pasan a ser planes quinquenales de hastío. Que forma más lenta y gris tiene el tiempo de pasar en un hospital. Los momentos malos se alargan hasta el infinito y la capacidad de abstraerse del entorno para intentar evadirse en los momentos de estancia y acompañamiento del enfermo son difíciles de conseguir. Noches completamente en blanco, y no lo digo ya por la ausencia de un sueño mínimamente reparador sino por la capacidad de abstraerse con el pensamiento. De ocupar la estancia hospitalaria al menos con pensamientos agradables o cuando menos con razonamientos sobre el día vivido y planes venideros...pero no, uno termina por fijar la mirada a la pared y poco más. Si es cierto que con el pasar de los días, tanto el espíritu como el cuerpo se aclimatan a la nueva situación y se busca conseguir una cierta comodidad y rutina en estas condiciones tan poco afines a conseguir una mínima calidad de vida.
Dejando un poco a un lado la vertiente psicológica y entrando en terrenos pragmáticos, se comprende perfecta y meridianamente claro el concepto de gasto en sanidad. ¡¡¡Qué máquina de gastar dinero es un hospital!!! Medicamentos, textiles o lencerias...digo por ello sábanas, pijamas, baberos, cobertores, material medico-quirúrgico como jeriguillas, gasas, plásticos de todo tipo, camas, electricidad, calefacción...que impresionante agujero negro financiero es un hospital. Que ingentes cantidades de dinero consume el funcionamiento rutinario. No tenemos ni la más mínima conciencia de ello hasta que se pasa el tiempo necesario para conocerlo. Obviamente todo el mundo conoce a alguien que trabaja en el tema sanitario y el tema del consumo de recursos es algo de sobra conocido. Si, la sanidad es cara de mantener, deficitaria...pero siempre son pocos los recursos que se le dedica, se hace mucho bien, tenemos una sanidad que a pesar de todos sus problemas y defectos considero que es envidiable. Que podía estar mucho mejor eso está claro, pero que nunca es poco el dinero invertido en sanidad, está claro que el control, la administración y la planificación podían ser mejores, pero está fuera de duda que se pueden quitar de multiples partidas presupuestarias dinero público mal empleado para dedicarlo a sanidad.


Por último me referiré a la cantidad de gente que pasa por el hospital, desde trabajadores, enfermos hospitalizados, enfermos "transeúntes", familiares, amistades de visita y hasta gente que se entretiene paseando por le hospital por si ve algún conocido y echa la mañana. Palabra que existen. Y sobretodo y por desgracia, mucho descerebrado sin educación. Da igual que vengas de visita desde Bailén joder, pero si llegas con necesidades de visitar al señor roca, no lo hagas en el baño de la habitación de los enfermos. Primero por propia higiene, segundo por respeto a ese enfermo que está postrado en la cama y que no tiene por qué oler tus deposiciones y por último por respeto a los acompañantes de los enfermos que hay en la habitación. Pero claro, si siempre estamos diciendo y aún más pensando que se está perdiendo la educación...que mejor lugar para comprobarlo que un hospital con toda la humanidad que mueve.

Así para terminar, por ahora, porque esta estancia ha dado para muchísimos temas...lo dicho, creo que lo peor es la cantidad de fuerzas que consumes o que supone el mantener tu vida normal -mantenerla entre muchas comillas- y además hacer vida hospitalaria...eso si es un dispendio energético...jejejej. De todas formas se da por más que bien empleado cuando llega el momento de marchar y todo ha salido bien. ¿Pero y cuando no salen bien las cosas? Por ahora no ha pasado, doy gracias a Dios por ello y desde luego tiemblo solo por el mero hecho de pensar en que eso suceda. Mi máximo apoyo y cariño para todos aquellos que continúan en el hospital y encima de todo...no ven el final del camino.

Buen comienzo de semana....por cierto las fotos son del hospital en cuestión.

1 comentario:

Alex dijo...

Este último post en su blog es realmente precioso, además está muy bien escrito. Me alegro mucho de que todo haya ido bien y que su padre haya regresado a casa. Estábamos esperando la mejoría que permitiera el alta hospitalaria, y así terminar con esta situación que, como me puedo imaginar, ha sido poco agradable. Un abrazo y cuídese.