jueves, enero 25, 2007

La iguana capada.

Tenía pensado un discurso sobre Farruquito y de Juana Chaos, pero esta noticia aparecida en el mundo me ha dejado impresionado. Así que tenemos a una iguana que pasa su tiempo en el zoo de Amberes, acompañado el bicho de cuatro parientas de su misma especie –no está mal el reparto para el colega iguana- y los cuidadores detectan que hace ya un par de semanas la iguana mantiene una continua erección del miembro. Supongo que la primera reacción de los cuidadores sería asegurarse de que ningún grupito de visitantes le arrojara a la iguana alguna pastilla de viagra –especialmente esos grupitos de españoles- y una vez visto que no es ese el factor desencadenante del empalmamiento continuo del bicho, parece ser que este se ha pasado dos semanas practicando la guarrerida española a toda mecha de resultas que se le ha quedado el miembro en posición de firmes permanentemente. Continuando con la narración de la noticia resulta que los cuidadores del zoo han intentado desde ungüentos hasta paños mojados para bajar el subidón viril del bicho. Que desconocimiento joder, con lo fácil que hubiera sido echarle un poco de bromuro al bicho en la comida...o haberle puesto alguna foto de la Pantoja y Cachuli besándose y qué pronto le hubiera dado un pasmo a la iguana, le hubiera bajado la dichosa erección...claro que igual se hubiera quedado “esmeril” como dicen los catetos.

Pero que no, que la iguana sigue con el pene como el asta de la bandera del USS Entrerprise y los buenos de los cuidadores, quizás un poco hasta el mismísimo de tener que estar todo el día toqueteando el miembro de la iguana y con la excusa que no se les ocurre más tratamientos para bajarle el empalme –crónico ya- al bicho han optado por la cirugía agresiva. Vamos que van, o han capado ya, a la salida de la iguana.

A estas alturas la verdad es que uno piensa que vaya putada que se le ha gastado a la iguana. No sé por qué, pero siempre que se hablan de amputaciones de pene, videos de impactos de balones, barrotes, tapas de piano etc...en tan sensible lugar a uno siempre se le encojen las piernas y algo más, como si fuera el miembro de uno el que va a segregarse del resto del cuerpo. En fin, una putada –hijoputada como decía Eastwood en el Sargento de Hierro- y de las gordas. Y es que uno está poniéndose en el lugar de la iguana. Todo el día a la vista de un montón de humanos de los cuales el noventa y nueve por ciento tendrán pinta de palurdos, dentro de una jaula-hueco que a estas alturas la desgraciada iguana se tiene que saber de memoria hasta el último desesperado rincón del cubículo y que carajo, si lo único que le queda son sus cuatro amigas comparte jaula, por lo menos que se divierta. Pero no, hasta esto le han cortado –nunca mejor dicho- en su triste existencia. Además de tener que soportar los comentarios de las iguanas hembra de que ya no vale ni para eso. Total que no sé qué es peor, porque por otro lado y pensando en una iguana macho con erección crónica, el tema del me duele la cabeza no creo que les valiera siempre a las compañeras iguanas...tendrían que turnarse, vaya un lío y de los gordos.

Aunque la gran lección es que la Naturaleza es sabia –y nosotros los humanos unos lerdos sin remedio- porque ha dotado a la iguana de dos penes. Quédense tranquilos porque a la iguana le han capado uno de sus miembros, pero todavía tiene el otro para dar guerra, satisfacer, empalmarse o hacer lo que le dé la gana.

¿Humanos con dos penes? Menos mal que la naturaleza es sabia.

1 comentario:

Cristian Hernandez Gonzalez dijo...

El problema pasa por la envidia de los españoles, que tienen que estar dependiendo de pastillas para funcionar...

...y claro como la naturaleza no necesitas de farmacos, para eractar... y mas encima duran... no hayaron mejor manera estos cuidadores, sumidos por la envidia de no poder estar a la altura de la iguana, que caparlo...

ahora ¿Es problema de los españoles?... no en absoluto... es problema del mundo...

Si, puesto que cada vez que vemos a alguien que tiene algo que nosotros no; nos entra la envidia, que nos carcome las fibras mas intimas de nuestro ser...

La envidia por sentirte impotente ante tan espeluznante (para los envidios) acto de la naturaleza...

Si en el fondo no era por la salud, o para ayudar a la iguana... era para salud del hombre bajo, que no puede ver como otros surgen, sin querer a su vez cagarlo...

Bueno blog

gracias por tu visita.