domingo, marzo 29, 2009


No empezamos bien.

O no empezamos bien o no acabamos bien. Hay que decidirse. Yo casi que prefiero acabar bien, todo esto lo digo por el cafelito de la tarde que nos hemos marcado, la intervención en la Caja de Casilla La Mancha. Vaya dos tardes que llevo, ayer me dejaron sin café a su hora y hoy, aunque me he tomado en casa un café estupendo, se me ha cortado un poco la digestión con esta gran noticia. Yo soy optimista por naturaleza, pero aún soy más realista así que tengo claro que nos queda un largo tramo de pasarlas muy putas, pero pasar desde luego que lo pasaremos.

Poniéndome en plan filósofo, el problema de toda esta crisis además de claro está una gestión deficiente, una avaricia grotesca, una ausencia de sentido común que impacta, además de todo eso es la cantidad de personas que parece que estas cosas no van con ellos.

Si, hay crisis pero mi preocupación es tener novio, tener lo más actualizado posible el perfil de Facebook, buscar amigos y amigas a través de twenty. Comprar unos tweetr de tropecientos watios para el tuneado buga. No sé si me explico. Hay una carencia alarmante de conciencia social por cuanto todos estos hechos nos afectan. Pero no, primero soy yo, después yo y por último yo. Mi universo se circunscribe a completar todas mis necesidades, a satisfacer mis intereses y a pasar de mala manera de esos malos rollos. Así cuando por desgracia les viene encima una tollina tipo pérdida del empleo y cosas por el estilo, el mundo simplemente se les viene encima. Y claro, todo es una mierda, la sociedad no ayuda, la gente no comprende nada, yo no lo merezco y cosas por el estilo.

Todos tenemos derecho a quejarnos, todos nos quejamos, a veces creo que bastante más de la cuenta, y me parece a mi que, desde luego yo me incluyo que perdemos con bastante asiduidad el sentido común. Será por trabajar en un sector muy sensible con la crisis que esta oscuridad que se abate sobre los bolsillos de medio mundo, ya se intuía a finales del 2007 y diré que tengo conocimiento directo de toda la amalgama de malos rollos que genera.

No sé si simplemente la sociedad se ha idiotizado de tal forma que no ve un palmo más allá de sus intereses. Es posible que gracias a las televisiones, modas, planes de enseñanza y demás movimientos sociales se haya conseguido transformar a la sociedad, al español medio de turno en un auténtico nabo andante. Comprar, bailar, follar, vestir lo más acorde con la moda, sea esta grotesca o no, me favorezca o no....y sobretodo si toca ser un poco idealista, tan solo cabe ser un antisistema. Porque yo estoy en contra del sistema. ¿De qué sistema? Pues del sistema joder. Del sistema que nos imponen.

De ahí no los sacas. Estoy totalmente deacuerdo en que todos queremos mejorar de vida, todos queremos disfrutar lo máximo, ganar cuanto más mejor pero para todas esas cosas hay que currar. Parte de esta jodida crisis se basa en la total y desgraciada pérdida de principios tan fundamentales para que una sociedad funcione bien como responsabilidad, afán de superación, sentido del trabajo, competitividad, reconocimiento de valores y hechos...etc. Vivimos en una sociedad enamorada del concepto trabajo mínimo y sueldo máximo, donde el concepto de responsabilidad por el trabajo suena a pelotilleo, a bicho raro.

Máxima ganancia, me voy de este trabajo porque en el otro me pagan una barbaridad más y trabajo bastante menos. Coño como cojones se come eso. Y de ser así, cómo es la empresa. ¿Tiene solvencia?¿Es de garantías? No, en eso no se piensa, se piensa en una relación causa-efecto lo más inmediata posible. Yo no voy a esperar mucho tiempo, sino me pagan más me voy.

Queremos un trabajo mejor, un sueldo infinitamente más alto a cambio de menos horas trabajadas. Por supuesto nada de responsabilidades en el trabajo. Nada de malos rollos, todos los compañeros son amigos y hay que llevarse bien con ellos. Nada de afrontar eso de tener que llamar la atención, porque antetodo son personas. Y en casa lo mismo, el que tenga hijos, no joder la niña que salga como todas sus amigas, qué le vamos hacer la vida hoy está así, follan como ratas las nenas estas con chusmillas a cual más macarra y por lo tanto más atrayente. No lo mal interpreten, no es el triunfo del canalla o del crápula. Es el triunfo del chusma del macarra, del chulito que las trae locas, del esta se la folla mi polla. Así luego las hay que aparecen -si es que ocurre así- en contenedores o este progresista gobierno tiene que abrir las llaves de la ley del aborto para que las nenas no les den más malos ratos a sus progenitores y puedan cortarse el mal rollo del embarazo a voluntad propia. Pero vamos que el nene otro tanto, moto por cojones, coche por cojones, no estudio porque no me sale de los cojones, quiero trabajar -al menos en eso gracias a Dios ya no van más para la construcción- porque claro yo paso de estudiar porque mi amigo Iván, o Jonathan dejó de estudiar y en la obra gana más de dos mil euros al mes subiendo y colocando ladrillos. Un empleo cualificado y con vistas de futuro desde luego que si. Menos mal que al menos eso se ha terminado. Pero que probablemente el nene le pega a los canutos y las rayas...casi que al por mayor. Y no estoy exagerando mucho joder, no hay más que mirar las series estas españolas tipo Física y Química, o la película esta de sexo y mentiras o algo así.

Hay gente que piensa, y aveces yo también lo he pensado que estas crisis tiene el lado bueno en la limpia de mierdas que hacen. Limpias de aprendices de empresarios, limpias de malos trabajadores, limpias de descerebrados en suma. Pero no, por desgracia no se lleva por delante solo a los más inútiles. Desgraciadamente pagan una cantidad abismal de justos por pecadores. Pagan con un destrozo difícil de arreglar en sus vidas una ingente cantidad de personas y familias que solo quieren tener una vida normal y vivir lo más tranquilamente posible.

Así que pienso que la culpa la tenemos todos, primero por ser tan insoportablemente correctos, por dejar que nos callen o nos digan reaccionarios, o fascistas o moralistas del carajo por pensar que la reforma pertinente para terminar con esta crisis debe de empezar por sanear el espíritu y los valores de la sociedad en la que estamos. Devolverle la importancia al sentido del trabajo, a la responsabilidad, a la obediencia a la autoridad sea esta civil o familiar. Que los padres vuelvan a ser padres y no amigos de sus hijos. Que la educación y el respeto figuren entre los diez primeros valores de cualquier persona. Volver a inyectar a la cultura el valor que merece. Y cuando digo cultura no digo cultura al servicio del gobierno de turno. No es cultura hacer cine siempre sobre los mismos temas, subvencionar las apariciones de actores en campañas electorales a base del revolucionario impuesto-diezmo de la SGAE. Por cultura es volver a enseñar arte en los colegios, historia, geografía, literatura, religión a gusto del que lo quiera. Y convertir esa miseria de educación de la ciudadanía en Constitución y enseñar y conocer la constitución, derechos y deberes, porque hay que volver a inculcar que la palabra deber es necesaria. Hay que formar, y cosas tan nimias como procurar hablar bien. Pero claro para eso habría que empezar por controlar las mismas televisiones, desde las autonómicas con un Canal Sur donde el "quillo", el ozú y demás morralla andaluza se prima ante una correcta pronunciación del castellano. Joder no estoy diciendo que ahora por cojones se tenga que hablar en castellano con acento de Valladolid, pero si fomentar un buen uso del lenguaje y desde luego fomentar la lectura. Dejarse de tanto cuento de talleres de expresión, de grafitis y demás inutilidades de expresión. Volvamos a la forma de educar que hemos visto que ha funcionado aquí hasta hace veinte años más o menos. Educación que ha funcionado en todos los países occidentales y que de un plumazo ha desaparecido...

Y eso si...someter a estricto control y a fe mía que yo prohibía el desempeño de cualquier función que hagan y controlen los psicólogos...principal problema de esta sociedad. Dejar en manos de no cualificados el mantenimiento de los valores de la sociedad.

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