sábado, abril 18, 2009

EL CAMINO PARALELO CAPITULO 8. EL SEÑOR ES...





mi pastor nada me falta. 

Buenas noches seguidores de nuestros hobbits peregrinos. 

Curioso un sábado escribiendo a estas horas cuando lo normal sería estar de catacroquers. Al menos eso piensa el Maestro y este su cronista, pero nada nada. El sábado próximo hay reunión de Catacroquers Reunidos S.A. con la asistencia del sr Delarge y huelga decir que todo volverá a la normalidad.

Bien, vamos a la información. Nuestros hobbits hoy han caminado bien, un poco o mejor dicho bastante embarrados y con una dosis de frío en los huesos más que aceptable. Por cierto que a estas horas allí en el camino y aquí en la prodigiosa Granada está lloviendo "chuzos de punta". Los peregrinos ya están en la piltra porque las diez es la hora de apagar luces y  dormir. Hoy comparten lugar de sueño con una parejita y al lado del maestro, creo que encima -se entiende en la litera de encima joder- hay un tipo que a juzgar por la descripción del Barón, parece de la Kale Borroca. Curiosa mezcolanza la que se desplaza por el camino y se reune en los albergues.

 

Como ya digo los hobbits han caminado bien. Esta mañana y según conversación textual con el maestro, el Barón es tal mismo el jodido conejito de duracell porque le mete al caminar a base de bien. Es cierto que el Maestro anda un poco jodido de los pies o por decirlo de otra forma, el Maestro tiene los pinreles más jodidos que el Barón, así que este se adelanta algo y luego lo espera. Además que el Maestro no aguanta muchos kilómetros con las superbotas treking con goretex y demás dispositivos de caminante y al final tiende a utilizar las deportivas de toda la vida. Cosa que hace bien, el problema radica en atravesar los varios lodazales que tienen en el camino. Porque en palabras del Barón "esto es un barrizal con vacas y cagadas de vacas". Muy del gusto mío desde luego, cada vez pienso lo bien que hubiera estado yo en medio del campo, entre barrizales, vacas y mierdas de vacas. Nada más que de pensarlo...mañana me doy un paseo por la Gran Vía para amortizar el exceso de pensamiento en naturaleza...jeje.

Supongo que se habrán quedado un poco a dos velas cuando han leído parte del título y comienzo del capítulo de hoy. "El señor es mi pastor...nada me falta". Pues bien, parece ser...¿Qué digo parece ser? El Maestro me ha confirmado que al sr Barón le ha dado por ir cantando esto de tal forma que algunos peregrinos se le quedan mirando. Preocupado me tiene el Barón con estas historias, a ver si ahora se nos hace ortodoxo o aún peor, de los Kikos y al final crea una prole de 23 jesusitos desparramados por el mundo. Demasiados para esta tierra...jajaja. Por supuesto esta noticia es veraz porque en el mismo momento que el Maestro me lo estaba contando ya estaba terciando el Barón sobre la mentira que me estaba narrando el Maestro. Pero claro, yo creo al Maestro, si el Maestro lo dice está claro que es cierto. Su seriedad y veracidad está fuera de toda duda. No olviden que además de ser el Maestro de las Buenas Maneras es el Consiglieri de la familia, sobra decir más sobre su honorabilidad.

Pues bien, además de estas disputas sobre los tabardillos creyentes que le entran al Barón también citando al Maestro hago aquí una queja por la negación a consumir catacroquer del Barón. Muy mal, más tiendo en cuenta las veces que el Maestro ha citado las virtudes como linimento que tiene el catacroquer hacia su rodilla. Pero nada, está el Barón por la vía contemplativa de atravesar el camino y salvo copita de vino -jejeje como buen cura...cura pecaminoso claro- nada de catacroquers. Bueno, como ya dije antes, cuando vuelvan a Rivendel ya repararemos el bajo nivel de catacroquers con la ayuda del sr Delarge, desplazado para la ocasión este próximo sábado.

Añadir que ya han pasado por el punto kilométrico 100, o más bien decir que solo les quedan cien kilómetros para llegar a Santiago. Sus cálculos son entre tres y cuatro días aunque parece ser que la última etapa se hace eterna por cuanto son muchos los kilómetros a recorrer en esa ultima peregrinación hasta el Apóstol. 

Nada más, aclararles y tranquilizarles que gracias a Dios y a la protección del Santo Apóstol no se han topado con la Santa Compaña aún cuando están atravesando sus territorios. Para los que no sepan nada sobre la Compaña, les describo al final del post qué es. Por último comentarles que probablemente mañana lleguen a Palas del Rey, nombre molón por cierto. En cuanto a la climatología es probable que la nube que permanentemente les ha acompañado desde el inicio del camino casi que aquí en Granada esté algo exhausta porque es probable que mejore el tiempo y al menos las etapas finales del camino las recorran con buena climatología. Así lo espero.

* les comento que la tarta ha sido la cenita de esta noche de los peregrinos. Seguro alguno de ellos por no decir los dos la hubieran cambiado por una buena jarra de cerveza en La Romana con una excelente tapa de carne en salsa. 


Santa Compaña
De Wikipedia, la enciclopedia libre


La Santa Compaña es, en la mitología popular gallega, y con otros nombres o el mismo en el asturiana oeste de Castilla y León (provincias de Zamora y León) y Extremadura, una procesión de muertos o ánimas en pena que por la noche (a partir de las doce) recorren errantes los caminos de una parroquia. Su misión es visitar todas aquellas casas en las que en breve habrá una defunción. El mito está presente con diversas variantes en todo el contínuum cultural astur-galaico, donde recibe otras denominaciones como Güestia, Güéspeda, Estadea, Hoste, Genti de Muerti, procesión de animas o simplemente Compaña.

Descripción 

Aunque el aspecto de la Santa Compaña varía según la tradición de diferentes zonas, la más extendida es la formada por una comitiva de almas en pena, vestidos con túnicas negras con capucha que vagan durante la noche.

Esta procesión fantasmal forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera en el aire. Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor llamado Estadea.

La procesión va encabezada por un vivo (mortal) portando una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, no siempre visibles, notándose su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.

Esta persona viva que precede a la procesión puede ser hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa. También se cree que quien realiza esa "función" no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez. Cada noche su luz será más intensa y cada día su palidez irá en aumento. No les permiten descansar ninguna noche, por lo que su salud se va debilitando hasta enfermar sin que nadie sepa las causas de tan misterioso mal. Condenados a vagar noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido (al cual el que encabeza la procesión le deberá pasar la cruz que porta).

Caminan emitiendo rezos (casi siempre un rosario) cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla.

A su paso, cesan previamente todos los ruidos de los animales en el bosque. Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando de forma desmedida, los gatos huyen despavoridos y realmente asustados.

Se dice que no todos los mortales tienen la facultad de ver con los ojos a "La Compaña". Elisardo Becoña Iglesias, en su obra "La Santa Compaña, El Urco y Los Muertos" explica que según la tradición, tan sólo ciertos "dotados" poseen la facultad de verla: los niños a los que el sacerdote, por error, bautiza usando el óleo de los difuntos, poseerán, ya de adultos, la facultad de ver la aparición. Otros, no menos creyentes en la leyenda, habrán de conformarse con sentirla, intuirla, etc.

Para librarse de esta obligación, la persona que vea pasar la Santa Compaña debe trazar un círculo en el suelo y entrar en él o bien acostarse boca abajo.

Versiones 

Aunque todas sus versiones coinciden en considerar la Santa Compaña como una anunciadora de muerte, hay diferentes versiones.

En la mayoría de las historias la Santa Compaña realiza sus apariciones de noche, pero también hay casos en los que se habla de salidas diurnas.

J. Cuveiro Piñol, en su Diccionario Gallego (1876) escribe:Compaña: entre o vulgo, creída hoste ou procesión de bruxas que andan de noite alumeadas con osos de mortos, chamando ás portas para que as acompañen, aos que desexan que morran axiña...

En unas versiones se cuenta que la luctuosa procesión transporta un ataúd en el cual hay una persona dentro, la cual puede ser incluso la persona que sufre la aparición siendo su cuerpo astral el que está en el ataúd.

Se pueden aparecer en diferentes lugares, pero predominan las encrucijadas.

Hay fechas concretas en las que se dice que tiene más incidencia las apariciones de la Santa Compaña, como por ejemplo, la noche de Todos los Santos (entre el 1 y el 2 de noviembre) o la noche de San Juan (24 de junio).

La Santa Compaña en la tradición astúrica: La Güestia 

No sólo en Galicia se aparece esta procesión de muertos, sino también en Asturias donde la llaman La Güestia, que es una procesión también conocida como bona xente. Es un grupo de personas encapuchadas que se acercan a la casa de un enfermo moribundo, dan tres vueltas a la casa y entonces el enfermo muere. Normalmente son conocidos del moribundo. Se dice que van exclamando "Andad de día que la noche es mía". Se cuenta el relato de una mujer que salió de su casa a por castañas pensando que ya era de día y un miembro de la procesión le dijo que era su padrino entonces ya muerto. Le tendió la mano dándole la vela encendida, ella la cogió, y al cabo de unos días enfermo y murió.

En las Hurdes, en Extremadura, aparece el Corteju de Genti de Muerti, que se compone de dos jinetes fantasmales que causan el pánico de madrugada por los pueblos hurdanos ya que quien los ve puede resultar muerto. En Zamora se la denomina La estadea y es una mujer que vaga por los caminos y los cementerios. No tiene rostro y huele a la humedad de los sepulcros. Sólo se aparece a aquel que va a morir. En León se la llama La hueste de ánimas.

Aparición de la compaña 

Las numerosas leyendas sobre esta compañía de difuntos en pena cuentan que se aparecen en los caminos cercanos a los camposantos en busca de algo o alguien, y que siempre aparecen con un motivo por el cual es símbolo de desastre o maldición. Los motivos por lo que esta compañía de almas errantes pueden aparecer son:

  * Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Cuenta la leyenda que quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de un año.
  * Para reprochar a los vivos,faltas o errores cometidos. Si la falta es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la visita de la Compaña para que la encabece, condenado así a vagar hasta que otro mortal le reemplace.
  * Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.
  * Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.

Protección contra la Santa Compaña 

El contar esta leyenda también supone contar el modo de protegerse contra esta procesión de no muertos; en el hipotético caso de que la compaña se presentara en presencia de alguien se debería llevar a cabo una serie de rituales para la protección que consistiría en:

  * Apartarse del camino de la compaña, no mirarles y hacer como que no se les ve.
  * Hacer un círculo con la estrella de Salomón o una cruz dentro y entrar en él.
  * Comer algo.
  * Rezar y no escuchar la voz ni el sonido de la compaña.
  * Tirarse boca abajo y esperar sin moverse, aunque la compaña le pase por encima.
  * Jamás tomar una vela que nos tienda algún difunto de la procesión, pues este gesto condena a formar parte de ella.
  * En último caso, echar a correr muy rápido.
  * Cuenta la leyenda que la Santa Compaña no tendrá el poder de capturar el alma del mortal que se cruza con ella si éste se halla en los peldaños de un "cruceiro" situados en los cruces de caminos o si porta una cruz consigo y logra esgrimirla a tiempo



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